lunes, 12 de junio de 2017

JUGANDO A LA RAYUELA

*
La ausencia es como un ángel escondido
en la ciudad de sombra
que pugna por salir de su rincón
jugando a la rayuela.

Cuando se oyen los pasos a lo lejos
todo parece luz de irrealidad
y la sustancia palpa en el vacío
las callejuelas sórdidas con lluvia.

El instinto del agua se transmuta
en belleza de mundos inconscientes
como la evanescencia del amor.

Las estatuas desnudas en las plazas
saben de los adioses tan callados
que se quedan flotando en un ambiente
de suburbios dormidos.

Los recuerdos aceptan las imágenes
archivadas en álbumes de piel:
fotografías sepia y blanco y negro
que nunca morirán en la memoria.

Tu rostro sumergido en el silencio
abraza los crepúsculos de arena
y percibe el misterio entre los árboles
bajo nubes dispersas por el tiempo.

Tu mirada perdida en horizontes
construye la utopía de un futuro
lleno de los secretos de las piedras.

El deseo amarrado en la distancia
se parece a la ley de los opuestos
que buscan sin cesar el equilibrio
en el abismo de los sueños.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Magnífico poema, Ana, copiar y pegar o aludir a un verso en especial sería injusto. Todo fluye (sus sentidos y significados) desde tu voz.

Abrazo grande.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Carlos, me alegro que el poema te haya gustado.

Un beso grande
Ana