domingo, 3 de septiembre de 2017

NAUFRAGIO

*
Las calles permanecen silenciosas
ahora que la noche es sólo niebla.
La lluvia va dejando
el humo sumergido en la nostalgia
de la ciudad arcana.
En aceras, las luces,
me hablan del amor y de la muerte
en las horas que pulsan el naufragio.
Los portales del sueño
resbalan con el pánico adherido
al enigma del mundo.
En un taxi va sola y melancólica
la bruma de los días
y la intangible fórmula del alma.
Los relojes de agua se han parado
en el minuto exacto de la herida.
Infinito es el árbol jeroglífico
que oculta los misterios del deseo.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Magnífico poema. Como dicen por allá, Ana, estás sembrada. Tanta poesía lo confirma. Un verdadero placer leerte así.

Abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Carlos:

Siempre es un placer tu paso por mi espacio.

Besos
Ana