sábado, 28 de octubre de 2017


LABERINTO DE TRISTEZAS

*
Las calles se preguntan en la noche
por las luces aisladas de las plazas
mientras caminas solo
por el laberinto de tristezas.

Los árboles sonríen invisibles
más allá del misterio de los bancos
que impasibles esperan
la lluvia subrepticia de lo oscuro.

Todo me habla de ti en la distancia
al tiempo que mi piel se hace de sombra
para susurrarte sin herirte.

Respiro sin saber adónde voy
y recuerdo en aceras
el enigma tardío
de la belleza ciega del otoño.

Este octubre es materia del exilio,
emana los temores de la historia
cada hora transida de recuerdos
en los relojes ebrios
del sueño en la memoria.

El silencio recubre los secretos
que pugnan por salir a plena luz,
para sanar la brecha más profunda
de las falsedades del pasado.

Se entremezclan el humo de las masas,
la fiebre colectiva
de una embriaguez sumida en las tinieblas
con los pasos extraviados
de cada uno de nosotros.


Ana Muela Sopeña

MARIONETAS

*
Nos mueven, nos dirigen, manipulan
como a colgadas marionetas
bajo un cielo oscuro
donde las nubes nos advierten
con sellos apocalípticos
de un futuro posible.

Un rato de cordura sobre el borde
de las plazas cargadas
de banderas que unen y desunen.
Y por encima un firmamento
hecho del material más frío de Saturno:
de la codicia interrogante.
Los unos que se tapan a los otros
los grandes capitales escondidos
mientras las masas piensan que es política
o identidades llenas
de un contenido inmerso en nuestra historia.
Pero no es esa trama la que cuenta,
son los húmedos números de serie
de billetes corruptos en la arena
que dormitan en bancos sin control.
He ahí las cuestiones más candentes
entre socios que simulan sin cortarse
la enemistad feroz y manifiesta.
Detrás del simulacro
los saludos tan cómplices...

Mientras en sombras degolladas
los corderos sufrimos esta angustia.

Nos mueven, nos dirigen y adoctrinan
como a esos personajes de los cuentos
de un escenario callejero de guiñol.

Con palabras vacías,
repletas de un incierto simbolismo
que parece real,
mas sólo es la imagen subvertida
de una matrix virtual
en la distopía más feroz.

Miramos la película bestial
clasificada ya
como ciencia ficción
en este mes de octubre
exiliado en la tristeza.

Todo se va cayendo
por precipicios vanos de preguntas.
En paralelo callan los "uols",
los "áenas", los unos y los otros
sonríen sin tocarse
sabiendo que la furia del instante
disimula su cetro tan corrupto
y el olvido se torna incongruencia...

Contemplo entre la bruma
la cortina de humo más abyecta...


Ana Muela Sopeña