*
Cae la lluvia suave sobre el sueño
mientras mi piel descubre la tristeza
en la ciudad que sabe de secretos,
en el tiempo invisible.
Duerme la voluntad sobre las nubes
con el agua cubriendo
esta desolación, este desgarro,
en la desnudez del abandono.
Intuyo en los suburbios
las aceras que buscan redención
más allá de los límites del ego,
en las horas robadas a la ausencia.
Escapo de lo sórdido sin máscaras,
huyo dentro del fuego de la herida,
he de sentir el numen
del ángel de la sombra sonriéndome.
Ana Muela Sopeña
viernes, 15 de diciembre de 2017
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2 comentarios:
Menos mal que regresé para no perderme esta maravilla de poema, amiga!
Gracias, Carlos, agradezco tu amable lectura.
Un beso grande
Ana
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