miércoles, 4 de julio de 2018


CORAZÓN DE AMARANTO

*
A Blanca Sandino, a propósito de su poema "Yo morí de un corazón hecho cenizas"


Blanca luce
la sepultura del amor.
En las cenizas de un mundo desértico
grita el vientre del agua
tu nombre en el solsticio del verano.

Tu palabra se dobla
como papiroflexia del destino.

Es la vida un lugar de torturas
si el amado se va sin despedirse,
en medio de las sombras
por aceras desnudas y siniestras.

Se murió sólo el cuerpo que habitabas,
mas no tu corazón de amaranto
ni tu espíritu indomable
hecho del bronce de las nubes
y de lloviznas melancólicas.

No te gustaba andar entre las jaulas.

Dormías siempre en las tormentas
ocultas en la noche de los tiempos.

Desde el otro mundo nos contemplas
escribiendo los versos del océano
que surgen del instinto jeroglífico
con las isobaras de la tarde.

Sobre el sueño el rizoma
dispuesto a sumergir los adjetivos
en el vértigo invisible de los árboles.


Ana Muela Sopeña

TARDES DE LLOVIZNA

*
Tu piel es mi refugio,
mi sueño libertario
donde alcanzo la luz de una vida sin sombras.

Mi cuerpo es tu noray,
donde atracas tu barco
después de la batalla sumergida en abismos.

Mis manos te recuerdan en mitad del naufragio
como un superviviente de guerras cotidianas.

Tus labios me recorren en tardes de llovizna,
cuando todo parece perdido en la añoranza.


Ana Muela Sopeña

HURACANES SIN NORTE

*
Vivo en la frialdad de un barco naufragado
que busca la belleza dentro de la belleza
y contento se abisma en la oscura maleza
para soñar que el mundo nunca le ha abandonado.

Habito en una nube del color de un fado
absorto en su prisión de un muelle en la tristeza
que todo lo planea sin prisa ni bajeza,
ni desnudez altiva por soledad del hado.

Parece que la luz vislumbra que la vida
es sólo un gran destello de huracanes sin norte,
para brindar con todo lo que el amor construye.

Al final de la ruta se impone la partida
atada a una existencia que ansía sólo el corte
con todo lo que daña el cuerpo y lo destruye.


Ana Muela Sopeña

martes, 3 de julio de 2018


JUGUETES

*
La niña juega al diábolo en su mundo
y espera con la luz la puntería
para coger sin trabas en la cuerda
el pequeño artilugio de la luna.

Un niño lanza el trompo sin temor,
lo baila en las aceras y en las sillas.
El tiempo pasa rápido
sobre los jeroglíficos del orbe.

Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena.

Un muchacho seduce por las noches
a la historia robada sin aristas,
jugando con su play.
Los héroes y villanos se transforman
en personajes de sus sueños.

Veo a un niño extasiado por el sol.
Se mueve suavemente
sobre su caballo balancín.
Sangra el espacio blanco, no hay fisuras.
La chispa de la infancia es sólo un trasgo
que vive entre la niebla y se divierte.

Una niña sonríe al sostener
a su muñeca Nancy.
Le cambia los vestidos y zapatos.
Imagina que crece
y disfruta disfrazándose.

Los años han pasado,
pero sigue vigente la emoción
de todos los juguetes del desván
que animaron alguna vez la imagen
de un tiempo consagrado a la niñez.

La edad de lo absoluto
integra al rorro eterno
en la respiración del infinito.


Ana Muela Sopeña

EN MITAD DE LA LUZ

*
A Carmen Sopeña Soto

Te fuiste al otro lado de las cosas
con la música alada del recuerdo,
en mitad de la luz, sin cicatrices.

Dormías
y ya no te despertaste,
para abrazar el alma del espacio
y el tiempo silencioso de las nubes.

Viviste intensamente
entre notas de un piano consagrado
a la belleza etérea de lo eterno.

Adoraste los viajes y las artes
y disfrutaste todo con pasión,
como si nada fuese para siempre.

Deslizaste tus manos de pianista
por los teclados llenos de secretos,
hasta las últimas semanas.

Exprimiste el placer hasta el final
de todo lo habitable, hasta lo ínfimo.

Ahora, desde Altair, sientes el mundo
y te preguntas si la vida fue un suspiro
o transcurrió despacio como el mar.

Atrapas de los cuásares la esencia
y miras en penumbra el sortilegio
que te hizo residir en partituras.

Imantas el hechizo de la muerte
más allá de las huellas de lo oscuro,
en mitad del amor de las ciudades.

Un conjuro de nombres y pronombres
te llevó por distintos escenarios,
para tocar las obras, sin heridas,
como si todo fuese un espectáculo.


Ana Muela Sopeña

EL SUSURRO DE LAS AVES

*
A Ramón Ataz, a propósito de su poema "La falacia de la inmovilidad de las ciudades"


Sí, Ramón,
las ciudades se mueven en la noche
y apuestan en las timbas de la sombra
el próximo tumulto. Son monstruos del asfalto
que respiran el aire de los sueños
y trazan sin censura
dibujos ateridos por el frío.

En
sus
calles
hay
huecos
y
fisuras,
como en la piel amada por el hambre.

Sus plazas nos recuerdan que la vida
es sólo un soplo lánguido
fugaz como el susurro de las aves.

Todo se va quedando cada día
atado por las lianas de la memoria histórica.

Los suburbios dormidos persiguen en aceras
el significado de los nombres
y el lazo blanco en el pelo
de una joven hechizada por la luz...


Ana Muela Sopeña

SAMSARA

*
La soledad es siempre
el prólogo al amor más infinito.
Los amantes intentan curarse las fisuras.
Cuando logran sanar de sus heridas
hay un tiempo de luz, como de infancia.
Después uno recuerda que hay un mundo
e interrumpe el ritual de adoración.
Entonces todo vuelve a ser vacío
como la vida misma,
hasta que el círculo se cierra.

Ahora están atados
y notan el horror del aislamiento.
Yacen en su prisión y además sienten frío.
Asumen su destino sin quejarse
hasta que llega alguien dando fuego
y el engaño se torna inevitable.
Se trazan unos guiones en clichés,
se deslizan los días en penumbra.
Luego todo se rompe
para volver al equilibrio.

La copa se fragmenta,
la fluidez desliza escarcha libre.
Cada uno en su lado ya no se miran nunca.
Regresan a la rueda del samsara
como si todo fuera una película
de circos y aventuras en la luna.
El naufragio da paso a otra existencia
y todo se repite desde cero.
Un día uno despierta
al aprender que todo es maya.

Amanece sin miedo
y observa al ser amado mientras duerme.
Percibe una verdad: los días son ficticios.
Hay que fingir que todo sigue ardiendo
para poder lograr ser uno solo.
Evadir las preguntas de la mente
salvo que se pretenda el extravío
de las sombras cautivas en la cárcel.
De repente una imagen:
nuestra memoria vuelve al vórtice.

El tiempo se ha fugado
las personas partieron y ahora hay clones.
Es casi un videojuego pero todo es así.
Descartando a la gente como naipes
de un póquer sumergido en la discordia
hemos llegado al punto del inicio.
Se repiten los dramas, situaciones
del karma y confusión entre la arena.
De pronto detectamos algo atroz:
la experiencia es aquello que obtenemos
cuando no conseguimos
el sueño evanescente que nos ama.


Ana Muela Sopeña

PRELUDIO DE LA INFAMIA

*
La mirada sombría
se ha tornado preludio de la infamia.
Los sonidos sin alba esperan en la noche
el silencio de un árbol sin raíces.
Las palabras no dichas, ni en los whatsapps,
parecen el hechizo de la muerte.
Para saberte mío con las cuerdas
el único remedio es el adiós,
hasta encontrarnos solos
en otro mundo paralelo.


Ana Muela Sopeña

domingo, 29 de abril de 2018


PIROTECNIA

*
Tus palabras no pueden
habitar como ciudades
del vacío.

Me parece que todo
se ha exiliado en un mundo de tinieblas,
donde lo sórdido
ha reemplazado a la belleza natural.

Es imposible que tus miradas
sean esquivas
como la noche de los lobos,
pero tu pirotecnia de licántropo
hace que la nostalgia de lo apátrida
se parezca a la muerte.

Eres un muro frío
en el hielo del crepúsculo
que vive con las sombras de la nada.

Nuestros ecos son olas
de la materia más desértica,
porque tú has abrazado distopías
de prostitución y de extravío.

El sonido del nombre de la rosa,
de nuestros labios jadeando,
ya no resuena con la música del agua.

Mis párpados de nieve, ateridos,
esperan de tu escarcha las respuestas....

a preguntas que no son de tu interés
y yo sólo podría batirme en retirada,
como si el tiempo único
se hubiera roto para siempre.

Ahora el infinito me custodia
y me obsequia
imágenes de tardes clandestinas.

La protección de los recuerdos
es la memoria híbrida
que nos hace sentir entre visillos
que todo fue real.
Que no fuimos fantasmas de un sepulcro
ni cenizas de un cuento macabro.

En mi mente de Hécate
hay un jaguar dormido que despierta
capaz de devorarte,
para que no me olvides...


Ana Muela Sopeña

MIRADA

*
Todo se va anegando cada noche
en la mirada oscura del vacío...


Ana Muela Sopeña

MEDITACIÓN

*
La respiración se aquieta,
los pensamientos se apagan,
todo vuelve a ser vacío
en el tiempo primordial.
La luz se torna una esfera
seducida por las nubes,
en mitad de la tormenta
que nos lleva hacia la calma.

La luna escribe en la arena,
con vibración, las palabras
que parecen dulces ritos
sobre la sombra del mar.
Hay un árbol y una piedra
que se miran en un túnel,
sintiendo a veces la pena
oculta en un gran mandala.

El sol dibuja en estrellas
las nubes llenas de hadas
con sus bailes y sus nidos
que atraen todo como imán.
Hay caminos de belleza
que alcanzan siempre las cumbres.
En medio, la oscura tierra
protegida por las almas.

El planeta mira al sur
cuando las voces parecen
llegadas desde otro mundo
en el viento de la noche.
Todo es un sueño de agua
en la locura de azar
que busca sólo el color
adherido a la nostalgia.

En el horizonte azul
la extrañeza de la suerte
se exilia sólo en un búho
más allá de los pronombres.
El misterio de una estatua
aterriza como imán
en el alma de un crisol
enredado en la distancia.

Una fuga de grisú
y el pájaro de la muerte
ampara dentro del humo
los secretos de los cofres.
Los enigmas de un paraguas
saben sonidos de más
como puertas del candor
en imágenes de infancia.


Ana Muela Sopeña

lunes, 23 de abril de 2018


NORAY

*
A Era Roxane Aristy


En tu azaroso viaje
recuerdas la pureza de otro mar.
Al lado tu equipaje: la aventura.

Rezas todas las noches hacia el sur
oraciones de amor dentro del viento.
Xenófobos condenan a los Sioux
a despertar sin humo en la reserva.
Nunca, amiga, te rindas en tu plan,
enamorarte de un alerce.

Añoras las canciones de tu tierra,
recobras las maletas de un bazar
inventando el sabor de ajonjolí.
Sabes de la belleza de las norias
trayendo en su girar la luz del zenit
y la segura opción de tu noray.


Ana Muela Sopeña

lunes, 16 de abril de 2018


LA NOCHE SE DILUYE

*
Un animal oculto me recuerda
la sombra de tus besos encendidos
con la luz de la herida más atávica.

Prosigo mi camino con la lluvia
mientras el horizonte
me produce mareo y cierto vértigo.

El amor subrepticio nos disuelve
con labios adheridos a otro mundo,
en aceras mojadas.

La noche se diluye entre contornos
que se van alejando en el silencio.


Ana Muela Sopeña

QUIMERA

*
Los aviones fumigan sobre las almas grises,
pero todos estamos en deuda con la herida.
El mundo se hace polvo con la violencia ciega
de todos los conflictos.
Parece que la luz se ha encapsulado,
dormita en noticiarios y en volcanes.

Las antenas del Haarp nos vuelven zombis,
nos transforman en bots.
Somos cuerpos de dioses con sangre de animales
y estamos en las filas de los viejos arcontes,
aunque la lucidez sea quimera.
El aire es ya letal, como los verbos,
se ha vuelto irrespirable.

Los niños en prostíbulos lloran sin ser oídos,
el monstruo se los come.
Las cortinas de humo despistan a nuestros ojos hechizados
con drogas de la élite.
En el cine nos silencian con los héroes, como cuando éramos párvulos,
repitiendo sus frases y clichés.

En la mirada del amor perdido por todo el universo
se hace palpable la memoria de los genes
que se extravió por el trayecto
y nunca comprendimos el alcance del arcano del Loco.

Ahora, al despertar cada mañana
con metales
que en el aire nos definen tóxicos, más allá de la lógica;
podemos vincular nuestra experiencia
al mundo de la magia y la utopía
con ofrendas de agua.


Ana Muela Sopeña

LENGUAJE DE SOMBRA

*
A Olga Orozco


La canción de los sueños
contiene las palabras del destino
que exhiben la belleza como fractal de luz
en su jugada laberíntica.

Un alfabeto oscuro
abre las puertas blancas de todos los poemas
que, en calendarios del otoño,
parecen esas claves encriptadas
por los magos del tiempo.

Las aguas del enigma niquelado,
como los pájaros del código
que vuelan con el ángel,
permiten a las piedras
descifrar el secreto de los nombres
y seducir al muro en la distancia apátrida
del lenguaje de sombra escondido en la arena del crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

CASIDA DE LOS BESOS DORMIDOS

*
Veo a mi amor
en la habitación nocturna del suspiro.
Allí
nos
miramos
y sentimos la alianza de lo oculto.
El aire se ha parado en el misterio
de la primera vez.
Los relojes apáticos persisten
en su avance inexorable
hacia el sueño del zenit.

Él me canta al oído las memorias
que se esconden en las brasas
y yo recuerdo siempre
el conjuro de luz de nuestra abrazo.

No hay dirección posible para ambos,
sólo un presente eterno y generoso.

Deambulamos sin rumbo
por la ciudad desierta.

El tiempo se ha hecho elástico
mientras mi mano pulsa las raíces
de los besos dormidos.

Él roza mi cabello y cuenta los portales
hasta el mundo en penumbra que nos une.


Ana Muela Sopeña

domingo, 15 de abril de 2018


LA LUZ ES LA VISIÓN

*
La luz es la visión
que nos ciega los ojos con frecuencias dormidas,
amadas por el milagro de lo íntimo
oculto en la fisura de los sueños.

Todo lo que el espíritu persigue en su ascensión,
en su vía litúrgica,
todo lo que las piedras absuelven en las horas
se viste con la red del universo.

Lo críptico es la esencia que buscamos sin pausa,
la pasión por el fuego, la antorcha de los dioses,
la vida imaginaria.

Somos el nombre eterno en cápsulas de arena,
las sílabas mortuorias de los libros egipcios,
los espejos de lodo traspasados
por los diamantes del Aleph;
aquel rostro sin rasgos definidos
llegado de muy lejos,
vestigios de un naufragio entre la niebla.

Somos esa visión iluminada
por el vacío cósmico del verbo...


Ana Muela Sopeña

POR SUBURBIOS DORMIDOS

*
Sordidez en tus ávidas palabras
vacías como la noche solitaria, extrañas como las jaulas
que demoníacas nos miran desde la luz de un faro.
Crepúsculos del pánico se alzan inexpugnables
al tiempo que el amor
busca en el alfabeto de los solos su semilla de sueño.

Aquel instante fue tu perdición.
Al decirme que todo era un teatro me condenaste a ser
sólo un espectro de ceniza entre las tumbas.

Por suburbios dormidos pasé desde otra vida
y me sentí desnuda, sin defensas.

Nuestro tiempo fue una cama de granito.

Me preparé sin prisa
para escapar muy lejos y sin ruido,
pero las llaves de mi historia
se habían extraviado en el tren de la nada...


Ana Muela Sopeña

BRUMA

*
En la arena del mundo
la belleza del tiempo se presagia
como un árbol caído en el otoño
en medio de la niebla.

El silencio dibuja la otra herida
al descubrir el sueño de la aurora.

La noche en jeroglífico interpreta el secreto
en horas circulares del eclipse.

Sonidos de la historia en la visión
conforman el presente.

Una mujer camina sin destino
sobre las hojas secas que la lluvia humedece
más allá de los límites visibles.

Una silueta extraña se ve en la lejanía,
en mitad de la bruma vagabunda,
como un fantasma ávido de sombras.

Sobre la tierra estéril:
las raíces del eco
que guardan los enigmas de los hombres.


Ana Muela Sopeña

jueves, 12 de abril de 2018


RUTA HACIA EL NIRVANA

*
Por las calles te veo en los espejos
mientras la luz se apaga
y la noche disuelve mi temor.

Tu imagen sumergida en las visiones
consigue encaminarse hacia la luna
entre coches dormidos en su mundo.

El instinto de niebla se hace nítido
y parece que todas las cortinas
ocultan las palabras.

La lluvia en las aceras
limpia la resaca de tu piel
mientras amortigua el silencio.

Las farolas dormitan en quietud...

Unos perros a lo lejos se revuelven
con sus ladridos vigilantes de lo oscuro.

Te contemplo en las tiendas de regalos
al mirar los portales del mutismo.

Gatos funambulistas se detienen
desde otra eternidad.

La bruma de las plazas
inunda toboganes y columpios
al descubrir fantasmas escondidos.

Los semáforos solos
prosiguen somnolientos su ruta hacia el nirvana,
vórtice del amor bajo los cirros
en la ciudad vacía...


Ana Muela Sopeña

FOCOS DE NEÓN

*
A Óscar Distéfano

Ordenas las palabras con el rayo
sabiendo que la luz es de los dioses.
Caminas por las playas de baurac
a la vez que percibes la tormenta
rugiendo entre las nubes al azar.

Discrepas con las sombras de la sed
intimando en las plazas de banzai.
Saturas la belleza con vocablos
tirando las memorias del argot.
Elaboras los dulces de merengue,
fabulosos en lienzos algo naif.
Alumbras el instinto de la niebla
niquelada por focos de neón.
Organizas el mundo del relámpago.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 11 de abril de 2018


CASAS FLOTANTES

*
La luna
en la noche
mientras las horas
deslizan el orbe
más allá de la luz
y la belleza de un broche,
entre los sueños del amor,
sabe ser la ilusión en un trote
al tiempo que el espejo de las sombras
se parece a la utopía de los hombres.
Sobre la arena del crepúsculo las olas,
con reflejos solitarios sin palabras,
seducen a los rayos de visiones
y preparan la brisa del alma
cuando los vientos del exilio
intentan soplar al alba.
El instinto del frío
sacude las ramas,
en el misterio
de las casas
flotantes.


Ana Muela Sopeña

CUANDO TODO SE DERRUMBA

*
Cuando la vida nos invade en medio del dolor y la nostalgia
nada puede pasar sin heridas mientras todo en el mundo es de barro.

A veces la belleza del naufragio se parece a esos sueños
donde todo se ha perdido incluso el hambre,
pero persiste la mirada,
siendo los límites del vértigo el silencio y los enigmas del vacío.

Una lágrima puede morir en la distancia de la sombra
y adentrarse en el desierto de otro cuerpo
al penetrar
en el territorio del mutismo.

Cuando todo se derrumba
el observador se hace de agua
y las mentiras se diluyen entre burbujas de visiones.

Sobre la estrella del amor el transeúnte apaga su ansiedad existencial;
mas la ceniza llega y rompe el código,
porque todo es efímero...


Ana Muela Sopeña

ACCIDENTE EN LA A-30

*
El centro de las cosas se rebela porque todo parece un sinsentido y la verdad del mundo es cada vez más extraña y dormida en pasatiempos. La etapa de visiones ha llegado para quedarse en sílabas de arena.

Mundos malditos,
entre la niebla hay hombres
que buscan la raíz.

Las calles se parecen a la bruma, atesoran en bancos y en esquinas los instantes perdidos en el sueño.

Los elefantes
andan por la autovía
con sangre por sus cuerpos.
Uno de ellos ya no está,
ha fallecido.

El circo está de luto por la pérdida de su figura estrella. El elefante no pudo liberarse de su jaula. En su intento fallido murió por las heridas al chocar contra el asfalto en el exilio.


Ana Muela Sopeña

domingo, 8 de abril de 2018


CUANDO LA NOCHE CONJURA LAS SOMBRAS

*
Entre la niebla la danza de un sapo
se hace de sueño en el árbol azul,
mientras las hadas del bosque de luz
protegen siempre a los niños con gatos.

Cuando la noche conjura las sombras
parecen frías siluetas oscuras,
hasta las meigas que vuelan desnudas
con estramonio alucinan con boas.

De madrugada contemplan las ánimas
del purgatorio sin luces ni ojos
hasta que va amaneciendo en la bruma.

Una plegaria y la cruz entre lágrimas
pueden burlar tras la muerte a los lobos
para vencer la maldita locura.


Ana Muela Sopeña


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CANDO A NOITE CONXURA AS SOMBRAS

Entre a néboa a danza dun sapo
faise de soño na árbore azul,
mentres as fadas do bosque de luz
protexen sempre aos nenos con gatos.

Cando a noite conxura as sombras
parecen frías siluetas escuras,
ata as meigas que voan espidas
con estramonio alucinan con boas.

De madrugada contemplan as ánimas
do purgatorio sen luces nin ollos
ata que vai amencendo na brétema.

Unha pregaria e a cruz entre bágoas
poden burlar tras a morte aos lobos
para vencer a maldita tolemia.


Ana Muela Sopeña


Revisión del soneto asonante endecasílabo de gaita gallega tanto del original en castellano como de la traducción al gallego: Xaime Oroza Carballo

HORAS EXTRAVIADAS

*
Sueño con volver
a encarnar este cuerpo que te doy
en las horas extraviadas de las tardes
adheridas al hambre de la piel.

Quiero degustar
tus secretos ocultos tras la valla,
aunque la luz no nos permita mucho más
y las prisas nos agredan con su sombra.


Ana Muela Sopeña

POR ESE DIÁLOGO QUE FALTA

*
Palabras
como escudos
entre la niebla
parecen fisuras,
fríos huecos del alma.
Cuando el sonido nos cubre
como una lágrima en lo oscuro
vislumbramos de nuevo el sentido.
A veces es mejor no decir nada
o tener que callar siempre por no herir.
En la distancia kilométrica de espíritus
puede haber dos universos paralelos
o simplemente un clic de comprensión.
Hace tiempo que el mundo se ahoga
por ese diálogo que falta.
Las personas, por su herida,
no saben que la sangre
es igual en todos:
los hematíes,
la hermandad,
el verbo...


Ana Muela Sopeña

miércoles, 4 de abril de 2018


TU SORTILEGIO

*
A Manuel Martínez Barcia

Te fuiste con la luz de las Perseidas
a descubrir un mundo
sumergido en galaxias lejanas.

Dejaste este planeta sin heridas,
habiendo conocido la belleza
a través de la sombra del amor.

La diosa blanca quiso hacerte suyo
y poco a poco fue tu sortilegio
un sueño en la penumbra.

Te fuiste en el silencio
para proteger a los que amabas
desde
el
otro
lado
del
espejo.

Relámpagos
fractales
en
tus
manos.

Truenos
dejando
la
nostalgia
sobre
lluvia.

Rayos
de
un
cuásar
con
la
elipse
de
tus
huellas.

La vida te llevó por precipicios
de naufragios y cuencos de tristeza.

Todo se fue anegando en el abismo
de la imposibilidad...

Un día y otro día,
las tardes traspasadas por el lodo
y la nieve implorando otro destino.

El instante del viento
te susurró al oído que todo era de agua,
mientras los relojes de la noche
se hicieron invisibles...


Ana Muela Sopeña

NADA PASA AL AZAR

*
A veces la nostalgia
parece que nos lleva por abismos
donde la sombra nos condena
a ser sólo espectrales
y parecer fantasmas de lo oscuro.

En la vida que nos muestran,
desde el inicio hasta el instante de la muerte,
nada pasa al azar ni aun en los sueños,
porque todo es visión como un árbol de instintos
enlazado a los círculos del orbe.


Ana Muela Sopeña

TANKAS A LAS MUSAS

*
Urania duerme
en su cama de lunas.
La Vía Láctea.
Inspiración de estrellas,
nebulosa de versos.

Bosteza el día
con ramas de Calíope.
Árbol de letras.
Vocales de la sombra,
consonantes de luz.

Erato sueña
en su nido de pájaros.
Belleza cálida.
Horizonte de bruma,
soledad infinita.

Polimnia mira
la oscuridad de un búho.
Evanescencia.
El bosque en su secreto
guarda en grutas los nombres.

Danza Terpsícore
con palabras de agua,
entre la espuma.
Más allá de los símbolos
sorprenden los conjuros.

Clío se peina
frente a un espejo ámbar.
Melancolía.
Reflejos en el barro,
la noche se diluye.

Euterpe escribe
con su pluma de nácar
alejandrinos.
Los árboles meditan
con sílabas y códigos.

Talía teje
poemas en el viento
sobre el crepúsculo.
Caleidoscopio de oro
con eclipses binarios.

Iris azules.
Melpómene se esconde
en calles grises.
Los libros del instinto,
el reloj del invierno.


Ana Muela Sopeña

lunes, 2 de abril de 2018


ESTATUAS

*
Las estatuas presiden la ciudad,
dormitan como el viento de la noche,
protegen alamedas y jardines
con su alma inmortal.

Pueden pasar el tiempo,
las heridas,
la historia interminable,
los inviernos,
las fechas señaladas,
el carrusel del mundo,
el espíritu extraño de las modas...

mas las estatuas siguen en su espacio
uniendo en alfabetos de silencio
el aire de la vida,
las ausencias sin nombre
y el vacío.

Nos recuerdan que todo es pasajero,
menos la piedra mágica del hombre
que desafía al pulso de los astros.


Ana Muela Sopeña

ESPERA

*
Mar
en
la
sombra
como
tu
cuerpo
herido.
Horas
de
espera.


Ana Muela Sopeña

FIGURAS DE ORIGAMI

*
A Armilo Brotón


Atrapas de las grietas la pregunta
recuperando el centro de un bazar,
mientras buscas el arte de tu tótem
inventando figuras de origami.
Luces palabras y urnas de cristal,
oleadas de orgasmos en el sueño.

Bajas por callejuelas de Zagreb
rearmando motivos por azar
o sintiendo la fuerza del instinto.
Te pareces al Mago del Tarot.
Ornamentas el alma del relámpago,
navegas por el cosmos en camión.


Ana Muela Sopeña

ONDA SIDERAL

*
A Carmen Pla

Caminas por el bosque hacia un vivac
alrededor del mundo de la herida.
Reencuentras el amor casi al azar
mientras miras los pájaros de un álbum.
Enredas la belleza en una nube
nombrando las palabras de tu tren.

Parece que tu tiempo es un hip hop,
las veces que la onda sideral
atrapa de tus ojos la partida.


Ana Muela Sopeña

PALABRA DEL RELÁMPAGO

*

A Susana Gómez Cacho


Sabes de la amistad en las tormentas.
Una vez que destierras el tabú
sientes con empatía a los demás.
Adivinas estrellas con tu magia.
Nunca traicionas pájaros en tren
al tiempo que descubres tu planeta.

Gratificas la vida en tu Big Bang,
osas ser mujer libre sin soborno.
Musitas los conjuros de tu álbum
en mitad del espejo de tu bosque.
Zahieres la belleza con tu luz.

Cantas en la ciudad con tu tictac,
amaneces en mundos de armonía.
Celebras el amor en tu vivac...
Hasta en la estrella blanca de Zaniah,
ondeas la palabra del relámpago.


Ana Muela Sopeña

CRISÁLIDA EN TU SUEÑO

*
A Concha Vidal

Amas sobre las playas de leyenda.

Cantas la vida mágica al tictac
ominoso del mundo sucesivo.
Navegas mientras viajas en tu tren.
Crisálida en tu sueño de armañac
hasta el enigma doble de tu crómlech.
Adoras al ciempiés en la tormenta.

Vas a buscar tu centro y leitmotiv
irradiando energía zahorí.
Disuelves la belleza por la red
al tiempo que cultivas la esperanza
luminosa en tu copa de cristal.


Ana Muela Sopeña

lunes, 26 de marzo de 2018


CALENDARIO

*
Enero

Enero suele ser un mes de nieve.
Nadie quita los tiestos del balcón.
En las noches se ve siempre una nube
rezagada que llega desde el sur,
oteando los pájaros de sueño.

Febrero

Fantasea la luz jugando al golf
en mitad de la tierra, como un duende.
Brama la sombra en árbol baobab.
Roza la brisa fresca sobre el mar
ensimismado al borde de una fuente.
Restaura la armonía al contemplar
oleajes de espuma en el relámpago.

Marzo

Me gusta pasear mirando un tótem,
a la tarde, con lluvia de tormenta.
Rifan en la gran plaza un bello tour.
Zahiriendo el licor dentro de un cáliz
ondea la bandera del letargo.

Abril

A veces en abril se ve la luna
brillando con la estrella de Kochab.
Reza el mundo palabras desde el ser,
imantando la fuerza de maní,
luminosa en su círculo de sal.

Mayo

Me gusta ver el sol desde Mirzam
al tiempo que descubro algún planeta
yaciendo en su palacio cual noray
o sintiendo el amor en el sigilo.

Junio

Juego a llevar las flechas en carcaj
uniendo las plegarias sin tabú.
Nadie sigue las luces en su plan
ilusorio con sombras colibrí.
Osa la mujer niebla ser de hueso.

Julio

Junta ramas de luz, cofre de boj,
una experiencia digna de una tribu.
Lacera los secretos de cristal
irradiando la voz fuera de sí
o mutando los genes en silencio.

Agosto

Arroja el mes de agosto su fortuna
gracias a la energía del Big Bang.
Ora el ángel caído frente al fuego,
sabiendo de leyendas de serpientes.
Trae sortilegios dentro de un complot,
osado como un hombre temerario.

Septiembre

Se caen las hojas secas del revés
en medio de la bruma de septiembre,
por eso algunas bailan un hip-hop.
Te enredas por las calles con un ticket,
irradiando sonrisas desde ti.
Esperas al tranvía con un vale
mientras la lluvia atrapa escenas de álbum.
Bostezas sin pensar viendo una web.
Rapeas por las tardes al cantar
en mitad de las horas de poniente.

Octubre

Ondeas con el viento sobre el barro.
Comprendes que la vida es un tictac.
Triunfas bajo el granizo en tu debut.
Ululas como un búho en Ulurú.
Bailas entre los cirros como snob.
Te atreves a soñar aun sin un hábitat,
enamorando al orbe con merengue.

Noviembre

Nunca el mes de noviembre hay un vaivén,
oyes ruidos lejanos en el cielo
veloz como una letra en Tel Aviv.
Imaginas un pájaro chogüí
en aceras desiertas, con alambre.
Musitas adjetivos de Alnilam,
besas acantilados en Zagreb,
recuperas el tiempo del azar,
entiendes que el placer es algo breve.

Diciembre

Dudas de la belleza como ardid,
inventas la bebida de maní.
Columpias con el aire en un vivac
ilusiones perdidas de origami.
Enarbolas el reino con su clave
mientras contemplas magos en un réquiem.
Borras los días fríos de tu club.
Reencuentras la hermosura del azúcar
en espejos desnudos de azabache.


Ana Muela Sopeña

HAIKUS DE MARZO

*
I

Lluvia en las calles,
reflejos en los charcos.
Se ve un relámpago.

II

La ría gris,
los barcos en el Abra.
Paisaje azul.

III

Viento de marzo,
calendario litúrgico.
Nubes lejanas.

IV

Llovizna suave,
la gente atareada.
Blancas estatuas.

V

Plazas con sol,
la belleza del tiempo.
Luz de crepúsculo.

VI

Playa desierta,
gaviotas en pretiles.
El horizonte.

VII

Bancos del muelle,
un niño patinando.
Casa flotante.


Ana Muela Sopeña

jueves, 22 de marzo de 2018


ETERNIDAD DE MUNDOS

*
A Eduardo Apodaca que hoy hubiera cumplido años

Tu recuerdo me viene a la memoria
como un sueño del sur, evanescente,
a la sombra de un árbol primigenio.

Una luz transformada
me habla del animal en la penumbra
que me avisa del hueco
de la desolación.

Fisuras en la nieve
dan paso entre las nubes
a la primavera de la ausencia.

Eternidad de mundos invisibles...

Tu nombre en la ciudad
latiendo
entre los bancos y la lluvia.

Un petirrojo mira las estatuas
mientras el crepúsculo
abraza el tiempo mágico
en el tren de la infancia...


Ana Muela Sopeña

ÁRBOL OSCURO

*
A Alejandra Pizarnik

I

Yo dibujé un árbol,
oscuro
como la tierra en sus raíces,
y tiré de su historia
para llegar al centro de las sombras.

II

Después quise volar por la galaxia,
sintiendo de las nubes
su asombro almidonado.
Ascendí por estrellas, nebulosas
y la luz primigenia de los átomos.

III

Conocí la belleza de las piedras,
escondida en fisuras del espejo
y me acordé de ti, dulce Alejandra.
Supe de tus horas insomnes,
exiliada en tus lágrimas
de mujer sumergida en la nostalgia.

IV

Abandoné el dolor entre las olas,
en un mar de visiones,
envuelto en sortilegios de penumbra.
Me leí tus poemas
y sentí lo profundo de la vida
en tus palabras llenas de presagios.

V

De pronto vi en los ojos de mi gato
una luz cegadora,
anclada en los recuerdos de la infancia,
venciendo a las mareas
con el deslumbramiento de lo íntimo.


Ana Muela Sopeña

martes, 20 de marzo de 2018


NIEVE EN LA CIUDAD

*
La nieve desveló nuestra lujuria
en aquel dormitorio envuelto en copos
mientras el frío extremo
sometía las calles.

Unimos nuestros cuerpos ateridos
en un abrazo cálido,
antes de que las sombras se adueñaran
de mi destino incierto.

Las horas nos brindaron sus conjuros
más allá de los besos y suspiros.

El pulso del amor nos traspasó
entre aceras muy blancas.

La jornada quedó inmortalizada
en miles de instantáneas y de vídeos.

La nieve en la ciudad marcó su historia,
al tiempo que nosotros
supimos del calor evanescente
a través de sonrisas y jadeos...


Ana Muela Sopeña

TIEMPO CALEIDOSCÓPICO

*
La lluvia de la noche
me recuerda las tardes de mi infancia,
cuando el tiempo pasaba lentamente
y cada día era una aventura.

Sobre el tejado de mi casa
deambulaban los gatos.
Se movían al acecho
entre las chimeneas humeantes.

Las horas transcurrían muy despacio,
en ellas se ocultaban muchas cosas,
el misterio del mundo y de los juegos.

Ahora todo corre como un bit.
Amanece y de pronto ya es de noche.
Los días se han tornado meteóricos,
los meses se deslizan sin señales,
entre la rutina y los domingos.

Ya no se siente nunca el calendario
como algo somnoliento.

Tengo la oscura sensación
de que todo se ha vuelto muy veloz
y los minutos pasan como un código
binario en su raíz.

Se terminó aquel tiempo
caleidoscópico de arena.

Aquel tiempo sin tiempo
con árboles amigos que dormían...


Ana Muela Sopeña

INCERTIDUMBRE

*
A veces la nostalgia es sólo eso,
un sentimiento extraño que nos pesa
y nos hace viajar
a un pasado repleto de experiencias.

Echo de menos cuando me decías
que tenías urgencia de mis labios,
de mi piel, de mi cuerpo y de mis besos.

Ahora ya no sabes si deseas
que siempre esté a tu lado
o que desaparezca de una vez...
y esa incertidumbre que te habita
a mí me está matando...


Ana Muela Sopeña

lunes, 19 de marzo de 2018


VUELVO AL SUR. TANGO FOR VIOLIN AND PIANO - ASTOR PIAZZOLLA

*
Recuerdos en la noche
aparecen sin miedo entre visillos blancos.

Aquella casa sola
se convirtió en un cúmulo de fotos sumergidas
en vivencias extrañas, más allá del amor.

Fuimos protagonistas
de instantes absolutos
simplemente por ser nosotros mismos.

El tiempo nos ataba
con cuerdas invisibles
a la música suave de un piano casi etéreo.

Todo nos convirtió
en actores sublimes de nuestro film antiguo.

Escuchamos las notas
de un violín lejano
que plasmaba el instinto de nuestras horas cómplices.

Sonidos a distancia
en la ciudad del mar...


Ana Muela Sopeña


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Vuelvo al sur. Tango for violin and piano - Astor Piazzolla
https://www.youtube.com/watch?v=mMqVoUQVlCU

SICILIENNE, FOR CELLO & PIANO, OP 78 - GABRIEL FAURÉ

*
La soledad pervierte la mirada
en mitad de la duda existencial.
Todo brilla desnudo
en el aire que ama lo distinto.

El camino del sol
nos lleva hacia un crepúsculo de niebla.

En el tiempo del mundo
la ciudad se desviste de todo lo superfluo.

Aparecen recuerdos
que hacen regresar a la infancia añorada.

Todo se mimetiza con el viento,
en la calima somnolienta
de un reloj solitario en la penumbra.

Ana Muela Sopeña


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Sicilienne, for Cello & Piano, Op 78 - Gabriel Fauré
https://www.youtube.com/watch?v=U5Y0uQLgriA

sábado, 17 de marzo de 2018


DE SOMBRAS

*
En las siluetas del bosque
la loba sabe de sombras
que a veces son como espectros
y la persiguen con rosas.

Una estrella en la distancia
en su nebulosa azul
le hace guiños por las noches
para que observe su luz.

La loba escapa del frío
y se refugia en su cueva,
mientras cae un aguacero
ella se convierte en niebla.

Hay una luna de plomo
en el cielo protector
que se aparece en visiones
con un animal de sol.

Los árboles solitarios
tienen las hojas de escarcha,
sueñan tardes de silencio
y dormitan sin palabras.

Un ruido recuerda al hombre
que depreda lo que toca
y se oculta con su máscara
de todo lo que no es moda.

La loba sabe del agua
cuando llueve y cuando bebe,
por eso a veces espera
el instante de la suerte.

La loba sabe de heridas,
de cazadores furtivos
que se esconden en el alba
horadando los caminos.

Las piedras rozan el tiempo
y disuelven el espacio
para atrapar el instinto
que se evapora en el caos.

La loba sabe de vida,
de escapar de los peligros
en el crepúsculo rojo
cuando las nubes son hilos.

Las horas pasan deprisa
en el secreto del bosque
y todos sus habitantes
conocen muy bien sus nombres.

La loba sabe de muerte,
cuando un terrible disparo
alcanza su pata izquierda
y un relámpago lejano.

El cazador no la ve
y prosigue su aventura
deambulando sin pararse
para encontrar la fortuna.

Un veterinario joven
oye el aullido de loba,
la traslada a su consulta,
saca la bala a su hora.

Pasan días y semanas,
la loba ya está curada,
su protector se despide
y la lleva al bosque, al alba.

La loba sabe de sombras,
por eso ahora se oculta
de todos los cazadores
que salen cuando no hay luna.


Ana Muela Sopeña

viernes, 16 de marzo de 2018


TIEMPO INTERMINABLE

*
..... La noche alberga todos los sonidos de pájaros nocturnos. Sus cantos en las calles parecen emerger del centro íntimo de un vórtice ancestral. Se escuchan unos ruidos que provienen de ramas escondidas. La belleza del tiempo interminable asombra a los relojes. Un avión a distancia dibuja trayectorias en el aire y plasma su destino sin pánico a la muerte. Me envuelve el pulso apátrida de una emoción sin nombre, más allá del instinto de la lluvia. Los gatos callejeros se refugian debajo de los coches y duermen mientras sueñan con un mundo liberado de fantasmas. La respiración de la ciudad parece una farola que contempla la raíz del relámpago. Voy cayendo en las grutas del abismo, antes de darme cuenta de que el todo se desmaya en los brazos del vacío.


Ana Muela Sopeña

APUNTES DE MARZO

*
I

La música del viento
resquebraja el instinto de la herida.

II

La noche se convierte en una aliada
más allá de la sombra
con pájaros de lluvia,
en la proximidad de la belleza.

III

El rumor de las calles
envuelve la neblina
en las horas que buscan redención.

IV

Respiro en las aceras
mientras siento el latir del universo.


Ana Muela Sopeña

DISOLUCIÓN

*
..... A veces la visión de la utopía se torna algo escabrosa. Sobreviene la pena más profunda y el sentimiento triste de que todo es algo casi siempre efímero y sin centro. Es una sensación como de agua. El suelo se va abriendo y te hundes en arenas movedizas. Las cosas se diluyen en el recuerdo informe del vacío. Avanzas por la cuerda y crees que llegarás a la última meta. Mas sólo te aproximas a una tela de araña que viscosa te atrapa en su nudo mortal. Perseguimos lo estable, lo seguro, la armonía sin luchas. Encontramos la cárcel, el presidio, la prisión sin fianza en medio de los álbumes de fotos.
..... No hay momentos más duros en la vida que aquellos donde todo lo obtenido se cae por precipicios de la nada y llegan a ser pronto una jaula de sombras, anodina.


Ana Muela Sopeña