*
Anochece en el tiempo de la rosa
antes de que la vida se truncara
en el espacio abierto del vacío.
Los edificios solos se consuelan
mientras la luna blanca se hace íntima
en la oscuridad del soñador.
La belleza de todo lo pasado
se cae por precipicios de misterio,
en aceras con árboles que callan.
Los pájaros heridos
preparan el futuro de los astros
más allá de las lágrimas de exilio.
Hay arbustos con lluvia
que se esconden de todos los sonidos
mientras el agua inunda este paisaje.
Las calles permanecen silenciosas
tatuando en la piel de los transeúntes
las batallas perdidas
en los suburbios sórdidos.
Una farola alumbra la soledad del frío
mientras la sombra cubre la desdicha
de los olvidados del invierno.
La música se adentra por las plazas
y una mujer de niebla,
que lleva entre las manos un paraguas,
se va difuminando lentamente
en la distancia suave de la noche.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Cada "batalla" y cada verso de cada poema tuyo, amiga, y cada rosa perdida arrancada al rosal prueban que la primavera está viva...
Abrazos hasta allá!!!
Gracias, Carlos, por venir y dejarme tus palabras.
Abrazos
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