jueves, 11 de enero de 2018

NORAY

*
La niebla se hace eco en el cristal
luminoso en un mundo de papel.
Una luz se ha vestido de tutú
en las calles que buscan una nube
volando sobre el hambre en Tel Aviv.
En la lluvia se ampara el alma suave

y un cúmulo de amor es mi noray.

¿Hasta dónde la estrella de Zaniah?
Alrededor de la urbe una tormenta
camina con el ritmo de un tictac
enamorado siempre de algún duende.

Frío sobre las plazas, cuadros naif,
rizando realidades desde el ser.
Irradiación del árbol de origami
ondeando el aroma de otro tiempo.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Cada vez más poeta. Las palabras te obedecen suenan delinean pintan y ritman...

Abrazo querida amiga!

Ana Muela Sopeña dijo...

Ojalá las palabras me obedecieran, ja, ja, ja...

Un abrazo
Ana