*
El primer puñal fue frío
como el corazón del hielo.
Me abandonaste de pronto
y tan sólo sentí miedo.
El segundo puñal fue
duro como hoja de acero.
Me dejaste sin mirarme,
te fuiste hablando en el eco.
El tercer puñal fue agua
derramada como el viento
con insultos y agresiones
perdidas entre los sueños.
El cuarto puñal fue crudo.
Yo era una mujer sello
que avanzaba entre la bruma
en un vórtice de besos.
El quinto puñal de fuego
me lo clavaste en el alma
por los engaños pasados
cubiertos de mil palabras.
El sexto puñal fue ardiente
en mi espíritu de lava.
Yo era una mujer lluvia
y mi vientre era un mandala.
El puñal número siete
fue como apagar las brasas.
Me dijiste cosas crueles
y un adiós, como si nada...
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Que hermoso romance, Ana. Con ecos de leyenda clásica. Me ha encantado.
besos en la cercanía. Gabon, linda
Me alegra mucho que te guste, Soco:
Sí, he intentado que sea muy clásico...
Un beso enorme
Ana
Un poema que duele, como si nada, filosos versos que se te clavan en el alma mientras los lees...
Te mando un abrazo, amiga.
Gracias, Carlos, por venir a leer este romance de amor y muerte.
Un beso
Ana
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