miércoles, 28 de febrero de 2018

CINCO CUADROS

*
La noche sabe de hogueras,
de sombras llenas de miedo,
de verdades escondidas,
de siluetas en invierno.

Unas figuras pintadas
tenuemente bajo velos
se ven como iconos mágicos
más allá del gran enredo.

Una lágrima infinita
es símbolo de otro cielo
luminoso como estrella
atrapada entre los ecos.

Un bodegón en la luz
habla de todos los retos
dibujados muy despacio
contra la niebla de un sueño.

Los pinceles en un ánfora
parecen ser de otro tiempo,
aquellos amados años
donde todo era de fuego.


Ana Muela Sopeña

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