miércoles, 28 de febrero de 2018

LLOVIZNA Y SORTILEGIO

*
A veces por las calles veo el mundo
sumergido en el caos de la memoria,
desciendo laberintos sin historia
y miro fijamente a un vagabundo.

Como Melmoth me siento, el errabundo,
pues diviso mi vida como noria
más allá del placer, dedicatoria
destinada a un buen trol del inframundo.

Quisiera serenarme en la ciudad
para soñar desnuda con el frío,
llovizna y sortilegio de mi piel.

Soy la mujer que busca la verdad
que pasa totalmente del vacío
y prefiere un abrazo que un papel.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Impecable soneto, amiga. Envidiables profundos versos no exentos de misterio. Estás sembrada, Ana.

Abrazos y más abrazos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Carlos. Me agrada que te guste este soneto.

Un beso