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A todos los humanos
en el séptimo aniversario
de la tragedia de Fukushima
El Pacífico guarda las tumbas
de la desolación.
Estroncio, uranio, cesio,
plutonio, tritio, yodo y americio
condimentan el mundo
y saturan de huesos y cenizas
las almas de los hombres y mujeres
y los cuerpos benditos
con sus nanopartículas ocultas
en los ociosos círculos ocultos.
Vamos hacia la luz de una hecatombe
con los ojos vendados
como funambulistas con Alzheimer.
Soñamos con raíces de futuros
mientras alguien conoce
que dormimos
(sin escuchar los miles de mensajes
en Morse de SOS: ..._ _ _...)
en los corredores de la muerte.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Inmejorable poema de advertencia que quiero creer será escuchado...
Abrazos, amiga!
Todas las advertencias son pocas en este espinoso problema...
Gracias por venir
Un beso
Ana
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