martes, 20 de marzo de 2018

TIEMPO CALEIDOSCÓPICO

*
La lluvia de la noche
me recuerda las tardes de mi infancia,
cuando el tiempo pasaba lentamente
y cada día era una aventura.

Sobre el tejado de mi casa
deambulaban los gatos.
Se movían al acecho
entre las chimeneas humeantes.

Las horas transcurrían muy despacio,
en ellas se ocultaban muchas cosas,
el misterio del mundo y de los juegos.

Ahora todo corre como un bit.
Amanece y de pronto ya es de noche.
Los días se han tornado meteóricos,
los meses se deslizan sin señales,
entre la rutina y los domingos.

Ya no se siente nunca el calendario
como algo somnoliento.

Tengo la oscura sensación
de que todo se ha vuelto muy veloz
y los minutos pasan como un código
binario en su raíz.

Se terminó aquel tiempo
caleidoscópico de arena.

Aquel tiempo sin tiempo
con árboles amigos que dormían...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

En tu antología inevitablemente estará este poema.

Impecable, Ana. Te felicito. Abrazos...

Ana Muela Sopeña dijo...

Bueno... es una alegría que te guste.

Un beso