domingo, 29 de abril de 2018


PIROTECNIA

*
Tus palabras no pueden
habitar como ciudades
del vacío.

Me parece que todo
se ha exiliado en un mundo de tinieblas,
donde lo sórdido
ha reemplazado a la belleza natural.

Es imposible que tus miradas
sean esquivas
como la noche de los lobos,
pero tu pirotecnia de licántropo
hace que la nostalgia de lo apátrida
se parezca a la muerte.

Eres un muro frío
en el hielo del crepúsculo
que vive con las sombras de la nada.

Nuestros ecos son olas
de la materia más desértica,
porque tú has abrazado distopías
de prostitución y de extravío.

El sonido del nombre de la rosa,
de nuestros labios jadeando,
ya no resuena con la música del agua.

Mis párpados de nieve, ateridos,
esperan de tu escarcha las respuestas....

a preguntas que no son de tu interés
y yo sólo podría batirme en retirada,
como si el tiempo único
se hubiera roto para siempre.

Ahora el infinito me custodia
y me obsequia
imágenes de tardes clandestinas.

La protección de los recuerdos
es la memoria híbrida
que nos hace sentir entre visillos
que todo fue real.
Que no fuimos fantasmas de un sepulcro
ni cenizas de un cuento macabro.

En mi mente de Hécate
hay un jaguar dormido que despierta
capaz de devorarte,
para que no me olvides...


Ana Muela Sopeña

MIRADA

*
Todo se va anegando cada noche
en la mirada oscura del vacío...


Ana Muela Sopeña

MEDITACIÓN

*
La respiración se aquieta,
los pensamientos se apagan,
todo vuelve a ser vacío
en el tiempo primordial.
La luz se torna una esfera
seducida por las nubes,
en mitad de la tormenta
que nos lleva hacia la calma.

La luna escribe en la arena,
con vibración, las palabras
que parecen dulces ritos
sobre la sombra del mar.
Hay un árbol y una piedra
que se miran en un túnel,
sintiendo a veces la pena
oculta en un gran mandala.

El sol dibuja en estrellas
las nubes llenas de hadas
con sus bailes y sus nidos
que atraen todo como imán.
Hay caminos de belleza
que alcanzan siempre las cumbres.
En medio, la oscura tierra
protegida por las almas.

El planeta mira al sur
cuando las voces parecen
llegadas desde otro mundo
en el viento de la noche.
Todo es un sueño de agua
en la locura de azar
que busca sólo el color
adherido a la nostalgia.

En el horizonte azul
la extrañeza de la suerte
se exilia sólo en un búho
más allá de los pronombres.
El misterio de una estatua
aterriza como imán
en el alma de un crisol
enredado en la distancia.

Una fuga de grisú
y el pájaro de la muerte
ampara dentro del humo
los secretos de los cofres.
Los enigmas de un paraguas
saben sonidos de más
como puertas del candor
en imágenes de infancia.


Ana Muela Sopeña

lunes, 23 de abril de 2018


NORAY

*
A Era Roxane Aristy


En tu azaroso viaje
recuerdas la pureza de otro mar.
Al lado tu equipaje: la aventura.

Rezas todas las noches hacia el sur
oraciones de amor dentro del viento.
Xenófobos condenan a los Sioux
a despertar sin humo en la reserva.
Nunca, amiga, te rindas en tu plan,
enamorarte de un alerce.

Añoras las canciones de tu tierra,
recobras las maletas de un bazar
inventando el sabor de ajonjolí.
Sabes de la belleza de las norias
trayendo en su girar la luz del zenit
y la segura opción de tu noray.


Ana Muela Sopeña

lunes, 16 de abril de 2018


LA NOCHE SE DILUYE

*
Un animal oculto me recuerda
la sombra de tus besos encendidos
con la luz de la herida más atávica.

Prosigo mi camino con la lluvia
mientras el horizonte
me produce mareo y cierto vértigo.

El amor subrepticio nos disuelve
con labios adheridos a otro mundo,
en aceras mojadas.

La noche se diluye entre contornos
que se van alejando en el silencio.


Ana Muela Sopeña

QUIMERA

*
Los aviones fumigan sobre las almas grises,
pero todos estamos en deuda con la herida.
El mundo se hace polvo con la violencia ciega
de todos los conflictos.
Parece que la luz se ha encapsulado,
dormita en noticiarios y en volcanes.

Las antenas del Haarp nos vuelven zombis,
nos transforman en bots.
Somos cuerpos de dioses con sangre de animales
y estamos en las filas de los viejos arcontes,
aunque la lucidez sea quimera.
El aire es ya letal, como los verbos,
se ha vuelto irrespirable.

Los niños en prostíbulos lloran sin ser oídos,
el monstruo se los come.
Las cortinas de humo despistan a nuestros ojos hechizados
con drogas de la élite.
En el cine nos silencian con los héroes, como cuando éramos párvulos,
repitiendo sus frases y clichés.

En la mirada del amor perdido por todo el universo
se hace palpable la memoria de los genes
que se extravió por el trayecto
y nunca comprendimos el alcance del arcano del Loco.

Ahora, al despertar cada mañana
con metales
que en el aire nos definen tóxicos, más allá de la lógica;
podemos vincular nuestra experiencia
al mundo de la magia y la utopía
con ofrendas de agua.


Ana Muela Sopeña

LENGUAJE DE SOMBRA

*
A Olga Orozco


La canción de los sueños
contiene las palabras del destino
que exhiben la belleza como fractal de luz
en su jugada laberíntica.

Un alfabeto oscuro
abre las puertas blancas de todos los poemas
que, en calendarios del otoño,
parecen esas claves encriptadas
por los magos del tiempo.

Las aguas del enigma niquelado,
como los pájaros del código
que vuelan con el ángel,
permiten a las piedras
descifrar el secreto de los nombres
y seducir al muro en la distancia apátrida
del lenguaje de sombra escondido en la arena del crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

CASIDA DE LOS BESOS DORMIDOS

*
Veo a mi amor
en la habitación nocturna del suspiro.
Allí
nos
miramos
y sentimos la alianza de lo oculto.
El aire se ha parado en el misterio
de la primera vez.
Los relojes apáticos persisten
en su avance inexorable
hacia el sueño del zenit.

Él me canta al oído las memorias
que se esconden en las brasas
y yo recuerdo siempre
el conjuro de luz de nuestra abrazo.

No hay dirección posible para ambos,
sólo un presente eterno y generoso.

Deambulamos sin rumbo
por la ciudad desierta.

El tiempo se ha hecho elástico
mientras mi mano pulsa las raíces
de los besos dormidos.

Él roza mi cabello y cuenta los portales
hasta el mundo en penumbra que nos une.


Ana Muela Sopeña

domingo, 15 de abril de 2018


LA LUZ ES LA VISIÓN

*
La luz es la visión
que nos ciega los ojos con frecuencias dormidas,
amadas por el milagro de lo íntimo
oculto en la fisura de los sueños.

Todo lo que el espíritu persigue en su ascensión,
en su vía litúrgica,
todo lo que las piedras absuelven en las horas
se viste con la red del universo.

Lo críptico es la esencia que buscamos sin pausa,
la pasión por el fuego, la antorcha de los dioses,
la vida imaginaria.

Somos el nombre eterno en cápsulas de arena,
las sílabas mortuorias de los libros egipcios,
los espejos de lodo traspasados
por los diamantes del Aleph;
aquel rostro sin rasgos definidos
llegado de muy lejos,
vestigios de un naufragio entre la niebla.

Somos esa visión iluminada
por el vacío cósmico del verbo...


Ana Muela Sopeña

POR SUBURBIOS DORMIDOS

*
Sordidez en tus ávidas palabras
vacías como la noche solitaria, extrañas como las jaulas
que demoníacas nos miran desde la luz de un faro.
Crepúsculos del pánico se alzan inexpugnables
al tiempo que el amor
busca en el alfabeto de los solos su semilla de sueño.

Aquel instante fue tu perdición.
Al decirme que todo era un teatro me condenaste a ser
sólo un espectro de ceniza entre las tumbas.

Por suburbios dormidos pasé desde otra vida
y me sentí desnuda, sin defensas.

Nuestro tiempo fue una cama de granito.

Me preparé sin prisa
para escapar muy lejos y sin ruido,
pero las llaves de mi historia
se habían extraviado en el tren de la nada...


Ana Muela Sopeña

BRUMA

*
En la arena del mundo
la belleza del tiempo se presagia
como un árbol caído en el otoño
en medio de la niebla.

El silencio dibuja la otra herida
al descubrir el sueño de la aurora.

La noche en jeroglífico interpreta el secreto
en horas circulares del eclipse.

Sonidos de la historia en la visión
conforman el presente.

Una mujer camina sin destino
sobre las hojas secas que la lluvia humedece
más allá de los límites visibles.

Una silueta extraña se ve en la lejanía,
en mitad de la bruma vagabunda,
como un fantasma ávido de sombras.

Sobre la tierra estéril:
las raíces del eco
que guardan los enigmas de los hombres.


Ana Muela Sopeña

jueves, 12 de abril de 2018


RUTA HACIA EL NIRVANA

*
Por las calles te veo en los espejos
mientras la luz se apaga
y la noche disuelve mi temor.

Tu imagen sumergida en las visiones
consigue encaminarse hacia la luna
entre coches dormidos en su mundo.

El instinto de niebla se hace nítido
y parece que todas las cortinas
ocultan las palabras.

La lluvia en las aceras
limpia la resaca de tu piel
mientras amortigua el silencio.

Las farolas dormitan en quietud...

Unos perros a lo lejos se revuelven
con sus ladridos vigilantes de lo oscuro.

Te contemplo en las tiendas de regalos
al mirar los portales del mutismo.

Gatos funambulistas se detienen
desde otra eternidad.

La bruma de las plazas
inunda toboganes y columpios
al descubrir fantasmas escondidos.

Los semáforos solos
prosiguen somnolientos su ruta hacia el nirvana,
vórtice del amor bajo los cirros
en la ciudad vacía...


Ana Muela Sopeña

FOCOS DE NEÓN

*
A Óscar Distéfano

Ordenas las palabras con el rayo
sabiendo que la luz es de los dioses.
Caminas por las playas de baurac
a la vez que percibes la tormenta
rugiendo entre las nubes al azar.

Discrepas con las sombras de la sed
intimando en las plazas de banzai.
Saturas la belleza con vocablos
tirando las memorias del argot.
Elaboras los dulces de merengue,
fabulosos en lienzos algo naif.
Alumbras el instinto de la niebla
niquelada por focos de neón.
Organizas el mundo del relámpago.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 11 de abril de 2018


CASAS FLOTANTES

*
La luna
en la noche
mientras las horas
deslizan el orbe
más allá de la luz
y la belleza de un broche,
entre los sueños del amor,
sabe ser la ilusión en un trote
al tiempo que el espejo de las sombras
se parece a la utopía de los hombres.
Sobre la arena del crepúsculo las olas,
con reflejos solitarios sin palabras,
seducen a los rayos de visiones
y preparan la brisa del alma
cuando los vientos del exilio
intentan soplar al alba.
El instinto del frío
sacude las ramas,
en el misterio
de las casas
flotantes.


Ana Muela Sopeña

CUANDO TODO SE DERRUMBA

*
Cuando la vida nos invade en medio del dolor y la nostalgia
nada puede pasar sin heridas mientras todo en el mundo es de barro.

A veces la belleza del naufragio se parece a esos sueños
donde todo se ha perdido incluso el hambre,
pero persiste la mirada,
siendo los límites del vértigo el silencio y los enigmas del vacío.

Una lágrima puede morir en la distancia de la sombra
y adentrarse en el desierto de otro cuerpo
al penetrar
en el territorio del mutismo.

Cuando todo se derrumba
el observador se hace de agua
y las mentiras se diluyen entre burbujas de visiones.

Sobre la estrella del amor el transeúnte apaga su ansiedad existencial;
mas la ceniza llega y rompe el código,
porque todo es efímero...


Ana Muela Sopeña

ACCIDENTE EN LA A-30

*
El centro de las cosas se rebela porque todo parece un sinsentido y la verdad del mundo es cada vez más extraña y dormida en pasatiempos. La etapa de visiones ha llegado para quedarse en sílabas de arena.

Mundos malditos,
entre la niebla hay hombres
que buscan la raíz.

Las calles se parecen a la bruma, atesoran en bancos y en esquinas los instantes perdidos en el sueño.

Los elefantes
andan por la autovía
con sangre por sus cuerpos.
Uno de ellos ya no está,
ha fallecido.

El circo está de luto por la pérdida de su figura estrella. El elefante no pudo liberarse de su jaula. En su intento fallido murió por las heridas al chocar contra el asfalto en el exilio.


Ana Muela Sopeña

domingo, 8 de abril de 2018


CUANDO LA NOCHE CONJURA LAS SOMBRAS

*
Entre la niebla la danza de un sapo
se hace de sueño en el árbol azul,
mientras las hadas del bosque de luz
protegen siempre a los niños con gatos.

Cuando la noche conjura las sombras
parecen frías siluetas oscuras,
hasta las meigas que vuelan desnudas
con estramonio alucinan con boas.

De madrugada contemplan las ánimas
del purgatorio sin luces ni ojos
hasta que va amaneciendo en la bruma.

Una plegaria y la cruz entre lágrimas
pueden burlar tras la muerte a los lobos
para vencer la maldita locura.


Ana Muela Sopeña


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CANDO A NOITE CONXURA AS SOMBRAS

Entre a néboa a danza dun sapo
faise de soño na árbore azul,
mentres as fadas do bosque de luz
protexen sempre aos nenos con gatos.

Cando a noite conxura as sombras
parecen frías siluetas escuras,
ata as meigas que voan espidas
con estramonio alucinan con boas.

De madrugada contemplan as ánimas
do purgatorio sen luces nin ollos
ata que vai amencendo na brétema.

Unha pregaria e a cruz entre bágoas
poden burlar tras a morte aos lobos
para vencer a maldita tolemia.


Ana Muela Sopeña


Revisión del soneto asonante endecasílabo de gaita gallega tanto del original en castellano como de la traducción al gallego: Xaime Oroza Carballo

HORAS EXTRAVIADAS

*
Sueño con volver
a encarnar este cuerpo que te doy
en las horas extraviadas de las tardes
adheridas al hambre de la piel.

Quiero degustar
tus secretos ocultos tras la valla,
aunque la luz no nos permita mucho más
y las prisas nos agredan con su sombra.


Ana Muela Sopeña

POR ESE DIÁLOGO QUE FALTA

*
Palabras
como escudos
entre la niebla
parecen fisuras,
fríos huecos del alma.
Cuando el sonido nos cubre
como una lágrima en lo oscuro
vislumbramos de nuevo el sentido.
A veces es mejor no decir nada
o tener que callar siempre por no herir.
En la distancia kilométrica de espíritus
puede haber dos universos paralelos
o simplemente un clic de comprensión.
Hace tiempo que el mundo se ahoga
por ese diálogo que falta.
Las personas, por su herida,
no saben que la sangre
es igual en todos:
los hematíes,
la hermandad,
el verbo...


Ana Muela Sopeña

miércoles, 4 de abril de 2018


TU SORTILEGIO

*
A Manuel Martínez Barcia

Te fuiste con la luz de las Perseidas
a descubrir un mundo
sumergido en galaxias lejanas.

Dejaste este planeta sin heridas,
habiendo conocido la belleza
a través de la sombra del amor.

La diosa blanca quiso hacerte suyo
y poco a poco fue tu sortilegio
un sueño en la penumbra.

Te fuiste en el silencio
para proteger a los que amabas
desde
el
otro
lado
del
espejo.

Relámpagos
fractales
en
tus
manos.

Truenos
dejando
la
nostalgia
sobre
lluvia.

Rayos
de
un
cuásar
con
la
elipse
de
tus
huellas.

La vida te llevó por precipicios
de naufragios y cuencos de tristeza.

Todo se fue anegando en el abismo
de la imposibilidad...

Un día y otro día,
las tardes traspasadas por el lodo
y la nieve implorando otro destino.

El instante del viento
te susurró al oído que todo era de agua,
mientras los relojes de la noche
se hicieron invisibles...


Ana Muela Sopeña

NADA PASA AL AZAR

*
A veces la nostalgia
parece que nos lleva por abismos
donde la sombra nos condena
a ser sólo espectrales
y parecer fantasmas de lo oscuro.

En la vida que nos muestran,
desde el inicio hasta el instante de la muerte,
nada pasa al azar ni aun en los sueños,
porque todo es visión como un árbol de instintos
enlazado a los círculos del orbe.


Ana Muela Sopeña

TANKAS A LAS MUSAS

*
Urania duerme
en su cama de lunas.
La Vía Láctea.
Inspiración de estrellas,
nebulosa de versos.

Bosteza el día
con ramas de Calíope.
Árbol de letras.
Vocales de la sombra,
consonantes de luz.

Erato sueña
en su nido de pájaros.
Belleza cálida.
Horizonte de bruma,
soledad infinita.

Polimnia mira
la oscuridad de un búho.
Evanescencia.
El bosque en su secreto
guarda en grutas los nombres.

Danza Terpsícore
con palabras de agua,
entre la espuma.
Más allá de los símbolos
sorprenden los conjuros.

Clío se peina
frente a un espejo ámbar.
Melancolía.
Reflejos en el barro,
la noche se diluye.

Euterpe escribe
con su pluma de nácar
alejandrinos.
Los árboles meditan
con sílabas y códigos.

Talía teje
poemas en el viento
sobre el crepúsculo.
Caleidoscopio de oro
con eclipses binarios.

Iris azules.
Melpómene se esconde
en calles grises.
Los libros del instinto,
el reloj del invierno.


Ana Muela Sopeña

lunes, 2 de abril de 2018


ESTATUAS

*
Las estatuas presiden la ciudad,
dormitan como el viento de la noche,
protegen alamedas y jardines
con su alma inmortal.

Pueden pasar el tiempo,
las heridas,
la historia interminable,
los inviernos,
las fechas señaladas,
el carrusel del mundo,
el espíritu extraño de las modas...

mas las estatuas siguen en su espacio
uniendo en alfabetos de silencio
el aire de la vida,
las ausencias sin nombre
y el vacío.

Nos recuerdan que todo es pasajero,
menos la piedra mágica del hombre
que desafía al pulso de los astros.


Ana Muela Sopeña

ESPERA

*
Mar
en
la
sombra
como
tu
cuerpo
herido.
Horas
de
espera.


Ana Muela Sopeña

FIGURAS DE ORIGAMI

*
A Armilo Brotón


Atrapas de las grietas la pregunta
recuperando el centro de un bazar,
mientras buscas el arte de tu tótem
inventando figuras de origami.
Luces palabras y urnas de cristal,
oleadas de orgasmos en el sueño.

Bajas por callejuelas de Zagreb
rearmando motivos por azar
o sintiendo la fuerza del instinto.
Te pareces al Mago del Tarot.
Ornamentas el alma del relámpago,
navegas por el cosmos en camión.


Ana Muela Sopeña

ONDA SIDERAL

*
A Carmen Pla

Caminas por el bosque hacia un vivac
alrededor del mundo de la herida.
Reencuentras el amor casi al azar
mientras miras los pájaros de un álbum.
Enredas la belleza en una nube
nombrando las palabras de tu tren.

Parece que tu tiempo es un hip hop,
las veces que la onda sideral
atrapa de tus ojos la partida.


Ana Muela Sopeña

PALABRA DEL RELÁMPAGO

*

A Susana Gómez Cacho


Sabes de la amistad en las tormentas.
Una vez que destierras el tabú
sientes con empatía a los demás.
Adivinas estrellas con tu magia.
Nunca traicionas pájaros en tren
al tiempo que descubres tu planeta.

Gratificas la vida en tu Big Bang,
osas ser mujer libre sin soborno.
Musitas los conjuros de tu álbum
en mitad del espejo de tu bosque.
Zahieres la belleza con tu luz.

Cantas en la ciudad con tu tictac,
amaneces en mundos de armonía.
Celebras el amor en tu vivac...
Hasta en la estrella blanca de Zaniah,
ondeas la palabra del relámpago.


Ana Muela Sopeña

CRISÁLIDA EN TU SUEÑO

*
A Concha Vidal

Amas sobre las playas de leyenda.

Cantas la vida mágica al tictac
ominoso del mundo sucesivo.
Navegas mientras viajas en tu tren.
Crisálida en tu sueño de armañac
hasta el enigma doble de tu crómlech.
Adoras al ciempiés en la tormenta.

Vas a buscar tu centro y leitmotiv
irradiando energía zahorí.
Disuelves la belleza por la red
al tiempo que cultivas la esperanza
luminosa en tu copa de cristal.


Ana Muela Sopeña