*
Veo a mi amor
en la habitación nocturna del suspiro.
Allí
nos
miramos
y sentimos la alianza de lo oculto.
El aire se ha parado en el misterio
de la primera vez.
Los relojes apáticos persisten
en su avance inexorable
hacia el sueño del zenit.
Él me canta al oído las memorias
que se esconden en las brasas
y yo recuerdo siempre
el conjuro de luz de nuestra abrazo.
No hay dirección posible para ambos,
sólo un presente eterno y generoso.
Deambulamos sin rumbo
por la ciudad desierta.
El tiempo se ha hecho elástico
mientras mi mano pulsa las raíces
de los besos dormidos.
Él roza mi cabello y cuenta los portales
hasta el mundo en penumbra que nos une.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Me encanta cuando escribes enamorada, Ana, prolífica Ana, en buena hora.
Abrazos.
Gracias, me alegra que te guste, Carlos:
Abrazos
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