domingo, 15 de abril de 2018

POR SUBURBIOS DORMIDOS

*
Sordidez en tus ávidas palabras
vacías como la noche solitaria, extrañas como las jaulas
que demoníacas nos miran desde la luz de un faro.
Crepúsculos del pánico se alzan inexpugnables
al tiempo que el amor
busca en el alfabeto de los solos su semilla de sueño.

Aquel instante fue tu perdición.
Al decirme que todo era un teatro me condenaste a ser
sólo un espectro de ceniza entre las tumbas.

Por suburbios dormidos pasé desde otra vida
y me sentí desnuda, sin defensas.

Nuestro tiempo fue una cama de granito.

Me preparé sin prisa
para escapar muy lejos y sin ruido,
pero las llaves de mi historia
se habían extraviado en el tren de la nada...


Ana Muela Sopeña

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