martes, 3 de julio de 2018

JUGUETES

*
La niña juega al diábolo en su mundo
y espera con la luz la puntería
para coger sin trabas en la cuerda
el pequeño artilugio de la luna.

Un niño lanza el trompo sin temor,
lo baila en las aceras y en las sillas.
El tiempo pasa rápido
sobre los jeroglíficos del orbe.

Una muchacha enciende el universo
al mecer a su osito de peluche
con sus manos de lluvia,
soñando que las horas son de arena.

Un muchacho seduce por las noches
a la historia robada sin aristas,
jugando con su play.
Los héroes y villanos se transforman
en personajes de sus sueños.

Veo a un niño extasiado por el sol.
Se mueve suavemente
sobre su caballo balancín.
Sangra el espacio blanco, no hay fisuras.
La chispa de la infancia es sólo un trasgo
que vive entre la niebla y se divierte.

Una niña sonríe al sostener
a su muñeca Nancy.
Le cambia los vestidos y zapatos.
Imagina que crece
y disfruta disfrazándose.

Los años han pasado,
pero sigue vigente la emoción
de todos los juguetes del desván
que animaron alguna vez la imagen
de un tiempo consagrado a la niñez.

La edad de lo absoluto
integra al rorro eterno
en la respiración del infinito.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Ya jugaba la Ana niña con la poeta que sería, como juega hoy con sus sueños y recuerdos su poesía.

Pasado y presente son tus juguetes de poeta, amiga. Qué bueno volver a leerte.

Abrazo.

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Carlos, me alegra que este poema te haya gustado.

Un abrazo grande
Ana