*
A Federico García Lorca
En la ciudad de la sombra
había una calle oscura
donde todos los poetas
le cantaban a la luna.
Un día un hombre sin casa
encontró una flor oculta
sobre un banco, entre papeles,
que recordaba la bruma.
Federico desde el cielo
miraba nuestra locura
que nos hacía matar
y luego juzgar con lupa.
En la ciudad de la sangre
todos tomaban datura
a través de las noticias
y los sueños entre dunas.
Ana Muela Sopeña
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2 comentarios:
Bello romance.
Feliz porque estás de vuelta, Ana.
Abrazo grande.
Gracias mil, Carlos:
Siempre es un placer verte en mi espacio.
Un beso
Ana
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