martes, 29 de octubre de 2019


NIEVE EN BILBAO

*
El 28 de febrero del año 2018 nevó en Bilbao y todo se vistió de una blanca belleza...




Todo se cubre de blanco.

Las calles respiran
el fantasma del invierno.

Los bancos en los parques...

La gente gris camina por la nieve
translúcida en sus cápsulas de frío.

Bajo paraguas negros
la luz amada suave del amor.

Los niños con sus gorros
juegan con las bolas.
Intensa sensación
de un febrero silencioso.

Los coches enterrados bajo nieve.

Tras las ventanas
de edificios antiguos en quietud
espectáculos lúdicos de juego.

La ciudad hoy ha sido bendecida
por un blanco perfecto sin fisuras.

Huellas del habitante entre la nieve.

El quiosco de San Pedro...
los árboles divinos
se han llenado de copos.

La urbe en sus susurros
ha sido seducida
por termómetros llenos de sorpresas.

Dos grados bajo cero
y la respiración entrecortada.

La música de hielo nos arropa
con sonidos ocultos en la acera.

Todo se ha hecho tan blanco
que deslumbra.

Los problemas por fin
se han diluidos, lentos, en sonrisas.

La gente con sus móviles
saca fotografías de belleza.

Los portales se alzan
majestuosos siempre frente al mundo.


Ana Muela Sopeña

SUEÑO DE NUBES

*
Si quieres alumbrar mi desamparo
los mundos de la sombra me persiguen.
Precios de Belzebú dentro del agua
son como las semillas del ayer.
Sobre la tierra sueñan las ardillas
ese sueño de nubes y de arena.
Valor para tener una visión.
El instinto del mar ya no perdona.
Hombro de la belleza y de la herida
igual que los caminos de lo oscuro.


Ana Muela Sopeña

OJOS DE CREPÚSCULO

*
Lo que amo de tu luz es tu piel híbrida,
lo mismo que tus ojos de crepúsculo.
Te quiero como a un árbol de visiones,
deseo que las nubes te acompañen.


Ana Muela Sopeña

HOMBRES CAVERNARIOS

*
Por supuesto que las piedras con sus símbolos antiguos
convertirán el cuchillo en la puerta del número áureo.
Entonces la muerte azul se transformará en esfera
y la vida trepidante solo amará la galaxia
de Andrómeda en noches frías.
¿Hasta cuándo los susurros de los hombres cavernarios
atraparán en sus cápsulas a las hembras estelares?


Ana Muela Sopeña

LLUVIA Y LODO

*
Camino por las calles sin un rumbo. La ciudad ha quedado anclada a ti. Los árboles sin hojas me recuerdan nuestras conversaciones con café. Ya todo es transitorio, todo se ha diluido en el espacio. Ya nada permanece. Este final tan duro, frío y sórdido se parece a una tumba sin salida. La luz ha devenido sombra infame. El amor a la vida se ha hecho infierno. Los edificios grises susurran por las noches que nosotros ya nunca nos miramos. El instinto del agua es el veneno que no permite pasar página. Tus ojos se han tornado lluvia y lodo, como una sepultura de cenizas. Eres la transmisión de mi tortura. Todo se ha convertido en una herida. Las aceras desnudas son la sangre que mana de tu cuerpo sin conciencia. Una tormenta llena de relámpagos: el final de mi fe respecto a ti...


Ana Muela Sopeña

domingo, 27 de octubre de 2019


PÁJARO NOCTURNO

*
En la oscuridad del alma
reside siempre la herida
más allá de la tristeza
que se encuentra sumergida.

Cuando la luz se hace nítida
hay un pájaro nocturno
intentando ser amigo
de la desnudez y el humo.


Ana Muela Sopeña

COMO UN HOMBRE DE AGUA

*
Vagarás sin luz, solo y herido, por la ciudad de sombras. Tu memoria desnuda de mi piel te perseguirá hasta el cementerio. No podrás olvidarme en mundos de artificio porque sentirás, aunque te pese, la mentira del fuego sin sentido. Te pasearás entre las piedras de las sepulturas de cenizas. Recordarás en sueños el calor de mi herida. Te irás difuminando entre la niebla como un hombre de agua. Adorarás el tiempo compartido, aunque jamás me veas. Seguirás tu camino solitario en mitad de la bruma del verano. Todo parecerá una película con un final terrible y destructor. Pero jamás podrás perdonarte la cruda realidad. Tú fuiste el director y el guionista de este film despiadado.


Ana Muela Sopeña

DISTOPÍA

*
Cuidado con el aire que es letal.
Los chemtrails nos corrompen la conciencia.
El agua nos convierte en puros zombis
con el flúor que nos hace ser esclavos.
¿Cuándo esta distopía dará paso
a un nuevo amanecer del ADN?


Ana Muela Sopeña

FICCIÓN

*
Podría ser, mas todo es equilibrio
incluso en el desorden hay fractales
que explican algoritmos del azar.
No sabemos si el mundo es un teatro,
una ficción fingida por los seres
habitantes del alma del planeta
o nuestra realidad de cada día
surgida de pretextos.
¿Somos protagonistas de la Historia
o simples portadores
de guiones inventados
por aliens del espacio sideral?


Ana Muela Sopeña

POZO DE BRUMA

*
A veces la distancia de tu piel me trae a la memoria la oscura realidad de esta condena. La vida es como un tren sin un destino. Cuando alcanzas la cima, empieza el gran declive y de pronto, desnuda y por la espalda, llega la muerte gélida y voraz. No sé cómo olvidarte. Todos dicen que el frío ha de darme por fin la desmemoria. Pero te veo en cada árbol, en los edificios de la sombra, en nubes y portales. La ciudad me ha entrenado para verte con las gotas de la lluvia, en estatuas hieráticas, en aceras y pórticos, en los escaparates de las tiendas. Todo me habla de ti, a pesar de que mi mente racional me pide que te olvide. Los días van pasando. Las horas se suceden sin sonido. El tiempo inexorable avanza sin cesar. El silencio invade los espacios. Muy pronto llegará la primavera, pero tú ya no estás y las cosas dormitan en su sueño, mientras yo voy viviendo como una mujer muerta en un pozo de bruma.
A veces yo quisiera despertar, gritarte con palabras, vacías pero nítidas. Pero tú ya te has ido. Habitas en tu mundo de apariencias, mientras yo sigo caminando, despojada de todo, inmersa en mi utopía que convierte el infierno de este mundo en una construcción paradisíaca.
Cómo olvidar tus ojos, adheridos a calles y a la luz del cielo protector. Nuestras citas más lúbricas integradas en postales sin reloj. El instinto del alba y tu sonrisa suave que vestía mis horas de recuerdos.


Ana Muela Sopeña

RITUAL DE SUEÑOS

*
Mas la estación de nieve
no es solo la memoria solitaria.
También en ella anidan utopías,
manos entrelazadas en los pórticos
en un ritual de sueños sin preguntas.


Ana Muela Sopeña

TEMBLOR

*
Etéreo es el temblor de la esperanza,
mientras la lluvia fría de la tarde
nos trae a la memoria
los instantes atados a la nada
en relojes de espejos sibilinos.


Ana Muela Sopeña

ESE CAFÉ PENDIENTE

*
El vacío se filtra por las calles
mientras escucho pájaros nocturnos
en la distancia abierta de la luna.

Todo se hace más denso en las aceras.
Los transeúntes andan muy deprisa.
Persiguen ir más rápido
que la tristeza.

Rostros ensombrecidos por la herida
escapan ciegamente
de la grieta más sucia de la infancia.

Manos de lluvia juegan a perder
a personas que buscan su otro nombre.

El lado más oscuro del espejo
huye de la belleza,
de lo que pudo ser y nunca fue.
Las palabras no dichas,
los sueños no vividos,
los proyectos que nunca se alcanzaron.

Manos de escarcha juegan a extraviar
los huecos del amor y de la muerte.

Hay una luz oculta en el cristal:
las metas que cayeron
por el sumidero del dolor.

En el aire subyace todavía
ese café pendiente
que nunca nos tomamos para hablar...


Ana Muela Sopeña

PASADIZOS

*
La sombra se ha adueñado de mi alma en los pasadizos inquietantes de la locura sumergida en la traición. Todo se ha corrompido a pesar de las palabras silenciosas y la música nocturna de los pájaros. El instinto subterráneo de la herida ya no me lleva por caminos de pasión. Es el caos el despertar de la conciencia. El fuego primigenio se parece a la niebla invernal. Tus ojos escondidos en la bruma ya no me miran ni de día ni de noche. En los siglos venideros no podremos fusionarnos. Ahora solo somos habitantes del sueño de la muerte en los corredores de la nada.


Ana Muela Sopeña

ÁLBUMES DEL FRÍO

*
Todo en mí es tristeza.
Inundada de niebla y de nostalgia
mi alma se ha tornado oscuridad.

Allí donde residen las visiones
habitan las memorias de los sueños.

Todo en mí es de la bruma.
Melancolía suave en la mañana
sumida en la distancia de los árboles.

Los álbumes del frío nos amparan
en las cuevas desnudas de la sombra.

Todo en mí es un infierno
traspasado por ángeles caídos
en la desnudez de mis plegarias.

El vacío solitario
de la ciudad sin gente
alumbra nuestra piel en el sollozo.

Todo en mí es un naufragio
al descubrir tu huida sin palabras.

Invisible me torno por las calles
en la luz de una estampa invernal.

Todo en mí es inaudible
como el aire corrupto
que envenena mis párpados cerrados.

Un parque sumergido por la lluvia
se parece a las fotos
que me enviabas siempre cada noche.

Todo en mí es un destierro
que me congela cada célula.

El tiempo de la infancia
permanece latiendo en la "no espera".

Todo en mí es una grieta
escindida del núcleo del misterio.

El espacio adherido a nuestra dicha
se ha extraviado en los campos del dolor.


Ana Muela Sopeña

LA CIUDAD HA PERDIDO SU COLOR

*
Veo gatos de niebla en las esquinas
y árboles que aguardan a la luna.

La ciudad ha perdido su color
en mitad de la bruma y la tristeza.

Un frío maquiavélico
traspasa mi universo.

Tengo la piel helada,
los párpados de lluvia,
las pestañas de escarcha
y los huesos bañados en el lodo
de la melancolía.

Las tardes de este invierno
ya no serán testigos de la unión
que traspasó las líneas del espacio
y el tiempo sumergido en la nostalgia.

Todo se ha derramado por tu furia.

Ya solo nos podemos recordar
en estampas de nieve,
en paseos de abril
y en fotos de los álbumes de estío.

El pasado se ha hecho atemporal...
vivirá eternamente en mis escritos.

Da igual que llegue un día
en que ya no recuerdes ni mi nombre
o que los años pasen
y tu rostro se torne casi anónimo.

Mis versos se harán cargo en la memoria
del placer infinito
y de la interminable grieta oscura de la herida.

Como archivo imborrable
viviremos sin cambios
en el milagro eterno del poema
latiendo sin cesar entre las nubes.
Recordando aquel sueño imperturbable
que animó nuestro mundo...


Ana Muela Sopeña

ESPIRAL DE NIEBLA

*
La llovizna me recuerda
nuestras citas bañadas por la luna.
En mitad de las calles
una espiral de niebla.
Todo nos parecía siempre nuevo
abrigado por besos y miradas.

Invisible
soñaba con tu abrazo
más allá de la luz y de la sombra.

Ingrávido el sonido del invierno
nos llevaba por muros y parques
al centro de la urbe.

La ciudad con estatuas nos retaba
a ser los habitantes de los sueños.

En mi utopía eras un dios griego.

En tus visiones yo era una musa:
atemporal, con nieve y con escarcha.

En castillos de bruma
nuestros momentos llenos de pasión
fueron solo el comienzo
de aquellas tardes de cerezas.

Nuestra magia desnuda
fue el instinto extraviado
en la cicatriz de la tristeza.


Ana Muela Sopeña

CICLO SIDERAL

*
Yo volé entre las nubes de un naufragio
y sentí la opresión sobre mi pecho
al tiempo que miré un mundo hecho
a la medida suave de un presagio.

Quise reivindicar el gran sufragio
con mi voz que alcanzaba un largo trecho
en medio de la noche, con su lecho,
tachonada de estrellas y sin plagio.

Entonces me di cuenta de que todo
era un sueño inundado de belleza
en mitad del gran ciclo sideral.

Luego supe que un árbol sobre el lodo
abrigaba la luz en la maleza
más allá del misterio de cristal.


Ana Muela Sopeña

sábado, 26 de octubre de 2019


DUERMO CON TU SOMBRA

*
La belleza de ti es ya un recuerdo. Solo siento tus piedras contra mí, tu muro traicionero, tus lágrimas vacías disfrazadas de embustes y de ardor. En mí ya no hay memoria de tu piel. Todo se ha derrumbado con la luna. El brillo de su luz es solo carne destrozada en los páramos del frío. La escucha que me diste ya es historia. Tus besos se han perdido en otras calles, en las avenidas del dolor. Tu rostro es casi anónimo. Se ha destruido el fondo que nos unía en nubes de ilusión. Ya no confío en ti. Eres como un presagio del fraude de Saturno. En el infierno duermo con tu sombra, hasta que me rescaten de lo oscuro. En mí tus ojos verdes son estatuas convertidas en sal. Eres ya la utopía de mi sangre que se ha tornado viaje hacia la nada. Nuestra fuerza ya solo es el contorno de un sueño sin hogar. Ahora solo queda la mirada perdida en un crepúsculo de luces acabadas en la arena...


Ana Muela Sopeña

RETAZOS

*
I
El miedo sabe
que la luz infinita
cura la herida.

II
La luna blanca,
en la noche: silencio.
Desolación.
El árbol de la infancia
ilumina lo oscuro.

III
Paz en el alma
en el sueño del mundo.
La piel del agua.

IV
Un arrecife
con peces de colores
bajo el mar cálido.
La belleza de espuma.
Crepúsculo violeta.

V
Profundidad
bajo ramas de acebo.
Nuches con lluvia.

VI
El amor sana
el alma atormentada.
Cura la herida.
Mientras el cuerpo grita,
la sangre se detiene.

VII
Un lobo negro
en la noche cerrada.
Tristeza y llanto.


Ana Muela Sopeña

TRUENO

*
Yo golpeé el trueno
en confines de sombra y de vergüenza,
en cámaras ocultas por la risa
de un mundo solitario sin maldad.

Apuñalé lo oscuro
sumergido en tus máscaras del ego,
atrapado en la piel de un iceberg.

Derribé tu soberbia
en cuartos dedicados a la luna,
más allá de los códigos del hambre.

Sané tu corazón envuelto en lodo
con mis armas de lluvia
y lágrimas de amor ensimismado.

Como respuesta obtuve solo hielo
adornado con flores ya marchitas,
palabras inaudibles
y frases nunca dichas por orgullo...


Ana Muela Sopeña

MUÑECA DE LA LUNA

*
El uno de noviembre nací muerta entre los cementerios de la herida que dejaste en mi cuerpo con tu marcha. Un adiós sin palabras me lastima. Me convierte en muñeca de la luna. Me conduce por rutas con las máscaras de piedra en la distancia de la noche. Yo supe que aquel árbol de la calle custodiaba nuestro mundo silencioso. Yo golpeé las hojas conectadas al placer de la inocencia. Yo quise ser tu sombra malherida. Tu dicha, tu secreto, tu gozo clandestino más allá de los límites del vértigo. Yo quise ser tu espejo sin chantajes, ni sobornos atados a la magia de maleficios llenos de agresión. Quise ser tu guarida solitaria, tu refugio cargado de presagios. Pero no lo logré y ahora entre las nubes, con la lluvia, he decidido ser tan solo el éter, lo invisible del reino, la sentencia de la condenación en tu universo plagado de preguntas sin respuesta. El núcleo de las aguas en el barro, más allá de la luz inextinguible...


Ana Muela Sopeña

FRÍO

*
El frío se ha adueñado de mi alma como los precipicios del ayer. Se ha destruido nuestro mundo entre sollozos. Todas las calles blancas se han cerrado. Todos los callejones son oscuros. El instinto del aire no me ayuda. La escarcha me lastima. Mi piel se ha convertido en un secuestro. Yazgo en jaula de plomo. Todo se ha convertido en una farsa. La oruga quiere ser la mariposa. Pero esta es solo muerte y quiere ser de nuevo larva y dados. El azar es lo máximo. Un ajedrez de sangre es tu destino.


Ana Muela Sopeña

ROSA INMARCESIBLE (A LAURA LUELMO)

*
A Laura Luelmo


Tu recuerdo nos permite
encender una luz
entre las cicatrices de diciembre.

El horror de tus últimos días
nos lleva hacia caminos
de desolación y de tristeza.

Fuiste una mujer libre
y un depredador
extinguió tus latidos.

Encendemos las velas,
guardamos un silencio atemporal
desde las cuevas ancestrales
por siglos y milenios...

Consternados lloramos tu muerte
y el pánico nos dice
que hay monstruos por las calles y los parques,
por bosques y jardines.
Transeúntes, vecinos, conocidos...
A veces es cualquiera
ese camaleón
dispuesto a transgredir todos los límites.

Hoy te damos
la rosa inmarcesible de cristal.

Te entregamos las lágrimas
de hombres y mujeres
conscientes del peligro de estar vivas
y respirar el mismo aire
que los monstruos del pozo del abismo.


Ana Muela Sopeña


La noticia del rapto, violación y asesinato de Laura Luelmo:
https://elpais.com/sociedad/2018/12/26/actualidad/1545820102_840732.html

jueves, 24 de octubre de 2019


LA ROSA NEGRA

*
Rota la luz del alba todo va derrumbándose. Se rompe el rayo apátrida del sur en la distancia de la luna. Se inmiscuyen las lobas de otro clan en nuestra guarida solitaria. Te prestas a los juegos extranjeros en calles vagabundas y nada vuelve a ser ya como antes. La belleza de un mundo transdual se ha convertido en hueco de farsante. Ahora contemplamos las olas con las piedras a través de los ojos de la infancia. Dunas que están quemando mi carne sin disfraces. Arena de metáforas partidas. Rota la sombra dulce de mis manos y descartada ya la rosa negra y fría todo es un delirio propio de truhanes. Roto el destino lúdico se han fracturado el marco y el espejo. Ya solo nos queda el círculo sumido en la nostalgia con la pregunta vana, sin respuesta.


Ana Muela Sopeña

CENIZA Y FRÍO

*
La lluvia sigue cayendo
y mis lágrimas de exilio
asoman sin esperanza
más allá del precipicio.
Suena un grifo que gotea
mientras el halo de un lirio
se asemeja a una luz blanca
que busca piel de cilicio.
Ya no sé dónde encontrarte
te has escondido en un sitio
donde no llega mi voz,
donde el viento es de silicio.

Eres la luz del crepúsculo,
siempre abrazas a la sombra
en el pabellón del trueno
dominado por la rosa.
Sabes ser ceniza y frío,
el tormento de una losa
se parece a un gran secreto
que escapa en una carroza.
Cuando te miro me callo.
Eres como una paloma,
siempre reclamas amor
ya muy tarde, a deshora.


Ana Muela Sopeña

miércoles, 23 de octubre de 2019


HELADA

*
Has roto un corazón haciéndolo pedazos con el golpe de gracia de una helada. Alucinante el viaje de la sangre en mitad de la rosa. Suave la margarita... en la piel asesinada por la noche. He visto tu mirada, febril como la carne, traspasar los confines de la herida. Y tu infancia de sueño esperando la caricia de una loba para sacar los labios de la tierra más allá de tu bosque, con el sortilegio de una nube. Lluvia en la torre ciega de la ciudad dormida en precipicios. Un laberinto de papel se ha adherido a los pájaros de niebla. Este otoño sombrío no me buscas y el frío traicionero de las calles se parece a la nieve de diciembre.

Has roto, sin vergüenza, un alma contenida por el baile de una lágrima. Virgen como las rocas impertérritas que escapan de las jaulas en el alba.

Has destruido el vuelo de mi lengua al pretender que todo fue un teatro. Mas tu castigo será eterno al descubrir que has perdido la máscara...


Ana Muela Sopeña

GHOSTING

*
Mis huesos se rebelan contra la incertidumbre de la herida. No veo la razón de este silencio. Solo conozco el pacto de la luz. Siento la paradoja de lo extraño. Hay un fantasma oscuro que susurra que lo vivido fue algo surreal. En mitad de este caos atrapo de la sombra la tormenta y me abro a los mensajes de los sueños como si fuera todo una metáfora. Luna llena de mundos invisibles. Urano entretenido con mi carne. Saturno delirante entre las sábanas. Un whatsapp parecido a una noticia. Mi cerebro te piensa como un lobo, mi corazón se aísla en Estocolmo. Nada puede sanar en mi universo. Mis ojos ya no ven entre cenizas. Los muertos se parecen a otros muertos atrapados en losas submarinas. Mi piel respira un ácido de ti. Has rociado mis lirios con algún herbicida prohibido. Las almas de las ánimas te mantienen sin agua, secuestrado en mazmorras bajo un búnker. No puedo acompañarte hasta el infierno. El lugar del amor se ha transformado en una tumba llena de tristeza. Hay dudas y más dudas en un desierto lleno de palabras que nunca se dijeron por temor.


Ana Muela Sopeña

CALENDARIO

*
Los extraordinarios ojos de la arena reciben de tu luz tan solo el sueño. De la tierra candente puedo ser la huérfana en la sombra de la herida. He decidido darte un tiempo extra fuera del calendario de la ausencia. Esperar tu regreso en el reloj del alba. Atrapar las palabras de tus labios mientras adoras siempre mi energía radiante, inquebrantable.


Ana Muela Sopeña

DOLOR, GOZO

*
El dolor de ser "nadie", "nada", "nunca"
escinde el corazón en dos mitades:
la mitad del amor que ya se fue
y la mitad que sabe que fue un sueño.

El gozo de ser "alguien", "todo", "siempre"
unifica las almas
en un viaje de luz hacia el encuentro:
un instante sin miedo
por la complicidad rumbo a la unión
y el placer de los cuerpos sin censuras
que aprenden que la piel es lo real.


Ana Muela Sopeña

ANTES DEL SUEÑO

*
Cuánto llanto desnudo
en la caída solitaria de la piedra,
al tiempo que te extraño en la distancia.

Pero ya no volverás
porque te has ido
disolviendo en la niebla del otoño.

Eres olvido antes del sueño en lejanía.
Has roto aquella copa de cristal
que compartíamos sin miedo de este frío.

Hay un árbol
que preside nuestra sangre,
altivo
contemplando la belleza.

Aunque tú no me llames ni me escribas
nuestros nombres vivirán dentro del alba.


Ana Muela Sopeña

SUS OJOS

*
ESPEJO - OJEPSE

Al principio sus ojos reflejaron
el mundo de su amada.
Él se mimetizaba con su víctima
y consiguió crear un santuario
de amor y adoración.

VACÍO - OÍCAV

Más tarde fue el vacío.
Ninguneo, silencio
y la devaluación por cualquier cosa.
Triangulación con otras
reales o ficticias.
Quiso ir eliminando
la hermosa identidad de su "objetivo".
Con el miedo en los dientes y en la piel
ella se fue adaptando a ser pequeña.
Mermada de tamaño poco a poco.

ODIO - OIDO

Al final él fue un ente
de odio sin un límite.
Sus ojos eran furia, envidia y ácido.
Toxicidad desnuda,
vitriolo destructor.

Su mirada partía la belleza
en miles de cristales.

Una copa escindida por el rayo
de la devastación y la locura.

MUERTE - ETREUM

Él se armó poco a poco
y un día la mató en la oscuridad
con armas invisibles y letales.

ZOMBI - IBMOZ

Pero ella siguió viva.
Ahora era una zombi en el exilio,
enterrada en su torre de marfil.
A salvo de aquel craven...
pero también cerrada a la aventura
de la vida incesante.

---------------

ENTERRADA VIVA - AVIV ADARRETNE

Porque
también
hay
muerte
en
la
no
vida.

ACECHO - OHCECA

No deja que el demonio
le gane la partida de ajedrez.
Acecha en cada hueco,
pero ella es más fuerte por la luz...

Más allá de la sombra está su herida
que espera ser sanada:
resiliencia.


Ana Muela Sopeña

AMANECER

*
La luna negra
en el fondo del agua.
Desolación.

Árbol oscuro,
el silencio del bosque.
Se ve una luz.

Un lobo aúlla
mientras el sueño viene.
Fractal de tierra.

Todo resurge
tras la noche lluviosa.
Amanecer.


Ana Muela Sopeña

domingo, 20 de octubre de 2019


DEL CREPÚSCULO

*
Al mirar la hojarasca en las aceras
comprendo que el amor es solo un sueño
vestido con la magia sideral
que se esconde en las horas del crepúsculo.


Ana Muela Sopeña

DEL ALBA

*
Ahora la belleza es solo un sueño,
más siempre te amaré dentro del alba
y en las noches de lluvia melancólica.

Crearé un santuario de la nada
y adoraré tu imagen sin naufragio
antes de que el vacío nos inunde.

Encenderé el instinto de la herida
para así caminar sobre el presagio
en aceras heladas sin relojes
y en los escaparates de las tiendas.

Escribiré tu nombre entre las nubes
mientras la bruma triste del otoño
se adherirá al ocaso de los árboles
con estatuas de sal desafiándonos.


Ana Muela Sopeña

COMBUSTIBLE

*
Ha venido a vengarse de su sombra
para que su alma antigua, casi muerta,
se libere por fin de sus demonios.
Habita en lo oscuro
en los sucios lugares del dolor.
Arrastra a sus víctimas
a experimentos viles y corruptos.
Él es una vergüenza para todos.
La gente no se entera de su perversidad.
Las mujeres le aman
porque no lo conocen.
Los vecinos no saben
de su sociopatía
escondida en los árboles.
De esa mirada fría, camuflada
entre los edificios tan corteses.
Su fachada es hermosa, impecable.
Busca el combustible de los "otros"
porque su sangre es verde, de reptil.
Adora las ficciones, el teatro.
Simula en secreto amor profundo
para beber impune
ese licor perfecto y delicioso
de las hembras empáticas...


Ana Muela Sopeña

ESPIRAL FRÍA

*
La luna negra
sobre el fondo del agua.
Desolación.

El alma devastada
en la arena sin luz.
Espiral fría.

Ya no te creo,
has matado mi esencia.
No vuelvas nunca.

Eres solo una sombra,
cautivo de traiciones.
Has roto nuestra copa.


Ana Muela Sopeña

WHATSAPPS EN EL VACÍO

*
Mis whatsapps han caído en el vacío
de la noche más pérfida.
Todo es surrealista en la distancia.
El silencio devastado por la niebla
se parece al exilio de un paisaje de nieve.

Tus whatsapps ya no llegan a mi lago
y la herida se va tornando llaga, tumba, lápida...
entre las cicatrices del otoño.

Nuestros whatsapps habitan en su mundo,
ya no se miran ni se cruzan.

Ahora el territorio de los chats
se ha convertido en hueco delirante.

He volado al lugar de los gorriones,
he visto la belleza de la escarcha
y la sombra del sueño traicionado...

En mitad de la bruma
el instinto de muerte
se ha mezclado con ríos de esperma.
Bajo la lluvia fina
penetra el aguacero de la tarde
iluminando el brote melancólico
del miedo a lo irreal...


Ana Muela Sopeña

TU SILENCIO

*
Tu silencio me llega entre la bruma
como una daga fría del otoño.
Simulacro del ser dentro del alba
en la noche que todo lo disuelve.

Los sonidos antiguos de lo oscuro
me llevan al portal del desamor.
En mitad de la nada hay un deseo:
conversar aunque sea con tu sombra.

Simulas con la niebla la orfandad,
presagio entre los árboles altivos,
pero tu alexitimia te delata.

Una rosa del sur es tu señal.
Todo es respiración en el relámpago
antes de que la vida nos vacíe.


Ana Muela Sopeña

ÁNGELES DE INVIERNO

*
"Una ciudad es un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes".
Lawrence Durrell


Pasa el tiempo desnudo sin que arranque la belleza de un tiempo inmemorial. En mitad de la niebla se presiente la soledad del frío. Escucho tras los muros invisibles la lluvia que enmascara los escaparates silenciosos.

Todo se ha vuelto gris en la distancia.
El sonido del agua es como el hambre.
Parece que la luz es un ensueño
adherido a la magia de las nubes.

Te has ido sin decir al menos uno adiós con la mirada. Una palabra puede construir nuevos mundos, pero también hablar desde el mutismo de las tumbas. Un cementerio lleno de inquietud: preámbulo con ángeles de invierno.

Has querido marcharte de puntillas.
Como un ladrón descalzo en los abismos,
pero el rumor del viento es ya mi aliado.

No hay peor despedida que la nada envuelta en lo que pudo ser un día. Esa nada infernal que nos asfixia en el destierro infame del vacío. Ahora es necesario pasar página. Atemperar las lágrimas de sangre. Permitir a los muertos superarse y dejar su epitafio entre la escarcha sobre una blanca lápida con la flor abisal como recuerdo...


Ana Muela Sopeña

sábado, 19 de octubre de 2019


LABERINTO DE FAROLAS

*
¿En dónde quedará la noche cuando ya no estemos? ¿Dónde se escapará la madrugada en su borrachera de estrellas? Contenida la niebla en su guarida sabremos del hambre más allá de los límites del vértigo. Los pájaros nocturnos se parecen a la belleza del misterio de estar vivos. Sus sonidos perpetúan la incesante búsqueda de la identidad, más allá de la luz y de la sombra. Los gatos callejeros merodean bajo los coches y miran fijamente el espacio de los árboles. Ellos pueblan la soledad del viento y de la lluvia en un laberinto de farolas que se pierden en el tiempo del otoño, mientras las horas pasan lentamente.


Ana Muela Sopeña

COLUMPIOS SOLITARIOS

*
Deambulo por el parque
y veo dos columpios solitarios
que respiran la atmósfera irreal
de una noche de niebla.

En sus huecos la danza de las sombras
se parece al submundo sumergido
en las horas apátridas de una emoción oculta.

Visualizo a los niños columpiándose
al salir del colegio...
y de pronto retorna, envuelta en celofán,
la infancia recobrada en el silencio.

Ahora entre los árboles oscuros
la luz de las farolas se confunde
con la hojarasca seca del otoño.

Nada me habla de ti
y un conjuro ancestral se hace de sueño.
Una llovizna imperceptible
inunda quietamente las aceras.

Los gatos escondidos tras los muros
salen de sus refugios
y observan sin temor
el devenir eterno de las cosas.

La soledad se viste con ropajes
de mendigo asustado.

Hay sonidos de bruma por las calles
y los focos de un coche casi onírico
esbozan los espacios de un álbum familiar.

Las estatuas dormidas
en sus columnas grises
contemplan las imágenes
del misterio encendido.

Despacio me retiro a mi guarida,
mientras me alejo suavemente
del código desnudo del vacío...


Ana Muela Sopeña

viernes, 18 de octubre de 2019


NUBE DESNUDA

*
A Carmen Pla

El amor y la muerte
fueron aletargando la pregunta
que bullía en el aura de la luna.

Los vocablos se hicieron
extraños como el agua de las cuevas.
En el oculto tren
habitaban enigmas nunca vistos,
anunciados por sabios y por monjes
entrenados despacio para el círculo.

La luz devino luego
una nube desnuda, sin aristas.

El vacío se fue volviendo éter
con versos adheridos a lo sórdido.
Todo se fue anegando en el silencio
en las noches de escarcha y de traición.

De pronto las respuestas
se tornaron un canto de salvajes.

Lo corrupto y lo dulce cohabitaron
en camas con espejos.

Una luz cegadora fue tu guía
en mitad del camino hacia el Nirvana.

Después de la liturgia de la grieta
vino la compasión,
subterránea en los bosques de papel.

Papiroflexia pura,
sumergida en un líquido viscoso.

El místico secreto de los sutras
se transformó en arena despiadada
que entregó su destino al universo.

La pasión y los límites del vértigo
fueron los simulacros
lúdicos del oasis.

Un ángel en la sombra con su trompeta blanca
tocó la melodía
antigua y gutural
de los monstruos perdidos
en el inframundo de la herida.

Papel
piedra
tijera
flor
y
barro.
Los juegos de la infancia
en la memoria
acercaron el álbum del Sol Negro.

El planeta ritual, oscuro y cóncavo
escapó del abrazo de los íntegros
con su bífida lengua.

En mitad de lo denso
latieron nebulosas y galaxias
respirando sin mácula el instinto
entregado a las sílabas del mundo.


Ana Muela Sopeña

ÁLBUM DE LETRAS

*
Caminas con la luz hacia un tictac
alumbrando las horas de amatista.
Rezas al universo frente al mar
mientras la sombra juega con tu álbum.
Enredas la belleza en una nube.
Nunca viajas de noche en tu tren.

Planteas el secreto en un gran rap.
Luces entre la bruma mineral.
Adornas la hermosura con tu carta.


Ana Muela Sopeña

PRESAGIO

*
A Carmen Pla

Las calles se han quedado
vacías como el alma de los árboles.
Bajo las marquesinas de autobús
los transeúntes miran
el devenir eterno de las cosas.

Una mujer de niebla se ha convertido en luz,
presagio del relámpago,
a través del espejo de la muerte.
La tormenta ha venido
acompañando al alba.

Todo se anega en el silencio
mientras la voz azul de la memoria
se convierte en un grito sigiloso.


Ana Muela Sopeña

MI GATO

*
Mi gato mira la luna
con sus ojos de misterio,
en mitad de las estrellas
para exorcizar el miedo.

Su color blanco y canela
recibe mundos de ensueño
en las noches solitarias
más allá de mis desvelos.

Mi gato sabe de sombras
en las plazas del espejo,
con la amistad de los árboles,
en las líneas del recuerdo.

Ama la paz del instante,
respira siempre el momento,
adora ser como el agua
en la quietud de los cielos.

Mi gato construye el mundo
con sus patitas de brezo,
admira el aura encantado,
en el pabellón del trueno.

Le gusta jugar despacio
luego duerme entre los ecos,
se relaja en el crepúsculo
mientras sueña con un velo.

Mi gato embruja el ambiente
con sus pupilas de viento,
cuando anochece en las calles
y los coches suenan lejos.


Ana Muela Sopeña

SUSURROS

*
La soledad se siente
en las noches sumidas en el frío,
más allá del temblor de los susurros,
en tu voz sumergida en la nostalgia.

La memoria del cuerpo
nos mantiene adheridos al amor,
con la sombra del aire en la distancia,
en el vértigo alado de la luz.

Nuestro sueño es lograr la libertad
en el vórtice instintivo de lo oscuro,
más allá de los túneles del tiempo
consagrados al círculo invisible.

Las calles solitarias nos arropan
con sus luces amadas por siluetas
bajo farolas mágicas de bruma
que atraviesan conjuros sin historia.

La piel de las esquinas
acompaña a los párpados del mundo,
en aceras desnudas de ilusiones
más allá del relámpago del mar.

Somos huérfanos, viudos de la rosa,
con las manos de lluvia,
anegados en bucles de utopías,
inmersos en la sal de la belleza.

Cada tarde te imagino bajo nubes
como viajero lúdico del orbe,
con satélites blancos de caricias
consagradas a los quarks de las galaxias.


Ana Muela Sopeña

VERSOS DE MEMORIA

*
Soneto a Carmen Pla




Ahora la belleza sideral
se parece a tus versos de memoria
que planean por calles sin historia
en las noches lluviosas de cristal.

En tu alma lo oscuro y abisal
nos muestra una visión premonitoria
en medio de la luz de la victoria
consagrada a la esencia natural.

Tus poemas descansan en ciudades,
amarrados a lunas de papel
en mitad del temblor de un aguacero.

Septiembre se llevó las soledades
lejos de los contornos de tu piel
hasta alcanzar la altura de un lucero.


Ana Muela Sopeña
12/09/2018

INTANGIBLE

*
A Carmen Pla (Marzo de 1961 - 3/09/2018)




Nacerás libre,
sin piel,
en mundos alejados del engaño,
en la luz de una estrella de neutrones,
vagando por espacios siderales.

Allí no habrá dolor ni sufrimiento,
todo será un milagro de palabras
que abracen la verdad indestructible.

No sé dónde te has ido,
compañera,
pero todo respira de esta sombra
atrapada en el lodo de la huida.

Siempre recordaré tu esencia pura
hecha de la materia de los sueños;
tu voz entrelazada con la herida,
el placer de los cuentos sin historia,
el despertar de un círculo de amor.

Acudirás con velas encendidas
a la hora de la magia de las sílabas,
para salvar la Tierra de lo oscuro.

No olvidaré tu alma adolescente,
ni tus poemas plenos de secretos,
ni tus iris abiertos al futuro.

Compañera de tiempos invisibles,
compañera de brisa y poesía,
compañera de tantas aventuras
en la vía intangible, sin un nombre.


Ana Muela Sopeña
9/09/2018