martes, 29 de octubre de 2019

LLUVIA Y LODO

*
Camino por las calles sin un rumbo. La ciudad ha quedado anclada a ti. Los árboles sin hojas me recuerdan nuestras conversaciones con café. Ya todo es transitorio, todo se ha diluido en el espacio. Ya nada permanece. Este final tan duro, frío y sórdido se parece a una tumba sin salida. La luz ha devenido sombra infame. El amor a la vida se ha hecho infierno. Los edificios grises susurran por las noches que nosotros ya nunca nos miramos. El instinto del agua es el veneno que no permite pasar página. Tus ojos se han tornado lluvia y lodo, como una sepultura de cenizas. Eres la transmisión de mi tortura. Todo se ha convertido en una herida. Las aceras desnudas son la sangre que mana de tu cuerpo sin conciencia. Una tormenta llena de relámpagos: el final de mi fe respecto a ti...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Acabará por desaparecer entre los paseos sin rumbo. Tal vez ni sus ojos permanezcan en la memoria.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Tal vez...

Un beso y un abrazo