*
Yo golpeé el trueno
en confines de sombra y de vergüenza,
en cámaras ocultas por la risa
de un mundo solitario sin maldad.
Apuñalé lo oscuro
sumergido en tus máscaras del ego,
atrapado en la piel de un iceberg.
Derribé tu soberbia
en cuartos dedicados a la luna,
más allá de los códigos del hambre.
Sané tu corazón envuelto en lodo
con mis armas de lluvia
y lágrimas de amor ensimismado.
Como respuesta obtuve solo hielo
adornado con flores ya marchitas,
palabras inaudibles
y frases nunca dichas por orgullo...
Ana Muela Sopeña
sábado, 26 de octubre de 2019
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2 comentarios:
Qué asimetrías se encuentran a veces. Es tan difícil, o tal vez tan de pura suerte acertar que cuando ocurre es que no se puede creer.
Un abrazo
Claro...
Gracias por tu comentario
Un abrazo
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