sábado, 2 de noviembre de 2019

CALLES DEL ADIÓS

*
A Marius Gabureanu

Siente el ojo de escarcha en tu guarida,
quemando la señal
en la arena de todos los crepúsculos.

Alumbra con farolas
las calles del adiós
mientras un fuego rojo te corroe
al desdeñar el suelo de las nubes.

En la infancia los lobos se llevaron
la emoción del deseo en su ritual.

Ella es mujer de nieve
pero el peligro aún está en el aire.

Tú eres hombre de luz:
contemplas las auroras boreales
en el sueño del mundo.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Albada Dos dijo...

Precioso canto a una mujer que, en su huida, o partida, deja rastros de purpurina en cada huella.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

El poema está dedicado a un poeta de mi foro muy bueno...

Gracias por venir
Abrazos
Ana

Meulen dijo...

No se si me equivoco pero leo una denuncia de abuso.

A veces se guardan verdades que llegado su momento se debe denunciar.

Ana Muela Sopeña dijo...

La exmujer de este amigo poeta era bastante abusadora, sí...

Un fuerte abrazo
Ana