sábado, 2 de noviembre de 2019

COMO DESDE OTRA LUZ

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La mirada de espejos en la tarde quebrada por suspiros desnudos en la huida de azabache. Pasadizos azules en la ciudad abierta a los desvelos. Suburbios instalados en la noche. Caminos tras un muro, por el bosquecillo consagrado. Un trastero perdido entre las casas con la emoción del viento. Ropa sobre la hierba. Dentro duermen las bolsas, bicicletas, ánforas y cacharros obsoletos. Los cuadros, el jergón, el brillo mortecino de las callejuelas escondidas. La belleza de lienzos de otra época. Matices en la sombra de una bienvenida solitaria. Tus ojos en mis ojos. Tus manos en mis manos. Un adiós castigado a ser de piedra. Un hola sumergido en la neblina. Sobre el suelo mi roce por tu piel. Las horas detenidas en un reloj de arena casi igual que el resorte de los astros. Una imagen de estatua. El instinto ataviado con la lluvia. Abrazos condenados a ser bruma. Como todo en la vida del letargo un pasaje ya lúdico atravesando cúmulos de palabras dispersas en la niebla. Libertad de oraciones contenidas sobre un desierto azul y sin sorpresas. Humo quemando el alba. Crepúsculo rojizo de pasiones. El eterno retorno de las cosas en archivos de heridas ya curadas. Resistencia en la agenda de las horas... como desde otra luz...


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Hsa construido un universo de desolación tras una ruptura, donde cachivaches viejos y ropas usadas se unen en baile agónico con abrazos y besos oxidados. Muy interesante.

Un abrazo y buen día

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Albada:

Besos a montones
Ana