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El verso es un demonio
que nos hace felices,
no deja cicatrices,
solo bebe estramonio.
Brilla como el zirconio
en todos sus matices.
Incluso en las raíces
mata como el plutonio.
A veces es alegre
se entretiene en los charcos,
sonríe como un niño.
Puede que desintegre
y se oculte en los barcos
con su abrigo de armiño.
Ana Muela Sopeña
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6 comentarios:
Muy original y simpático tu metasonetillo.A veces el ritmo y la rima son tan necesarios.
Un abrazo, en el cerquita, Ana.
No usaste el diamante, sino el zirconio. Muy original.
Un abrazo
Inteligente poema, Ana. Tu poesía se abre paso como sea.
Abrazos hasta allá.
Muchas gracias, Soco:
Un fuerte abrazo
Ana
Agradezco, Albada, tu paso por estos versos...
Un beso
Me alegra, Carlos, que el poema te haya gustado.
Besos a montones
Ana
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