sábado, 9 de noviembre de 2019

DE MAYOR QUIERO SER KILIKI

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Pamplona es una herida que se abre melancólica a la desolación del abismo primero. San Fermín es la brecha por donde el pueblo llora por todos los instantes de locura. Crece el hambre en el mundo y la barbarie, pero los mozos corren los encierros demostrando el valor sin cortapisas.
 
Veinticinco figuras de cartón piedra desfilan por las calles, llenando la ciudad de alegría. Mi sobrino contempla, con sus ojos de infancia desterrada, a los kilikis que pegan a los niños con sus porras blanditas. "De mayor quiero ser kiliki", dice mi sobrino. En silencio sonrío y me sonríe. De mayor beberás kalimotxo, litronas del hastío y la desesperanza de la vida. O quizás correrás delante de los toros, pero no los de Pamplona sino aquellos corruptos ancestrales que buscan someternos con las injusticias de los números.
 
Mientras tanto la fiesta llenará nuestras venas de guirnaldas, de blanco, rojo e iris soñadores, abriendo cada año las puertas del umbral del necesario caos amado; para recuperar el orden áureo de este mundo. Entonces algo bello ocurrirá en la cuesta de Santo Domingo. San Fermín se abrirá a los fieles devotos con su mirada clara, inmutable, y la urbe festiva será siempre esplendor entre la lluvia.
 

Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Albada Dos dijo...

Como no he estado ignoro qué son los kilikis, aunque lo explicas. Yo lo de San fermín encuentro que es una fiesta curiosa. Colorista. Como de gesto atávico hacia los toros con sus astas. Tal vez ahora es puro beber y un parque temático, pero debe debe su encanto.

Por los sobrinos que nos dejan mirar por sus ojos. Un abrazo

Fackel dijo...

https://laantorchadekraus.blogspot.com/search?q=kiliki

Por si te interesa, Salud y memoria.

Ana Muela Sopeña dijo...

Por regresar a la infancia, a su magia duradera llena de ojos que miran todo con asombro.

Un beso enorme
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Fackel:

He leído tu artículo y me ha encantado. Sin duda te dejaré allí un comentario.

Gracias por acercarte a este laberinto
Un abrazo grande
Ana