*
Tu marcha me ha dejado en la tristeza,
has desaparecido sin motivo
girando como un niño en tiovivo,
abandonada estoy en la maleza.
Mi nostalgia se oculta en la belleza,
ya no sé por qué muero o por qué vivo,
se ha vuelto el día a día prohibitivo,
no deja de dolerme la cabeza.
De noche me persigues con la luz
que lleva secuestrada a mi alma
al interior de un pozo bajo tierra.
Observo las farolas al trasluz
y consigo por fin estar en calma,
mientras mi mente fría te destierra.
Ana Muela Sopeña
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4 comentarios:
Un soneto de ausencia y de extravío, que acaba en una calma bajo la farola de los sueños.
Precioso. Un abrazo
Yo diría que tu melancolía crea belleza...
Abrazo, amiga.
Me alegra, Albada, que este soneto te haya gustado.
Un beso enorme
Ana
Gracias, Carlos... algo es algo.
Un beso enorme
Ana
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