viernes, 15 de noviembre de 2019

HUELLA ERRANTE

*
El infinito cuerpo de la luz
tiembla desde la sombra de la muerte.

Yo,
cadáver en el árbol del deseo,
me diluyo en el agua del olvido.

A veces me pregunto
si todo es un teatro.

En las calles nocturnas hay un beso
que busca mi piel híbrida de otoño.

Hay
una
huella
errante
entre
la
niebla
que
roza
con
mi
tiempo
de
llovizna.

Todo se precipita
por la bruma
en el silencio tenue
de la tarde.

La orfandad de las horas
agudiza mi caos dentro del mundo.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Albada Dos dijo...

Triste, como desesperanzado poema. Sin embargo es muy hermoso.

Un abrazo

carlos perrotti dijo...

No te dejes desanimar. Tu propio poema encuentra el rumbo...

Abrazo más que grande.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Albada, por tus palabras.

Un fuerte abrazo
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, estos poemas los escribí hace un año (más o menos). Ahora los estoy subiendo.

Un fuerte abrazo, Carlos
Ana