sábado, 2 de noviembre de 2019

PINCELADAS

*
El árbol de la infancia no es un árbol
es un trozo de sol ensimismado
que busca en pinceladas de la historia
la belleza de un tiempo sin el vaho.

Miramos sin temblar nuestra memoria
archivada en instantes de peligro,
para soñar desnudos con imágenes
saturadas de luz, color y brillo.

La casa entre las sombras de los sauces
se parece a aquel álbum familiar
con las fotos en sepia, retocadas,
en mitad de algún bosque de cristal.

Nuestra niñez no sabe de tristezas
todo se ha transformado en utopías.
En mitad del desierto hay un oasis
lleno de lo esencial de nuestra vida.

El arbusto de luna de un anciano
ya no sabe de edades ni de espejos,
solo entiende de amor y de amistad
el resto es algo inútil, solo un eco.


Ana Muela Sopeña

12 comentarios:

Helena Bonals dijo...

"En mitad del desierto hay un oasis/ lleno de lo esencial de nuestra vida": tot el poema és molt bo, però aquests dos versos m'arriben molt. La travessia del desert, el nostre inconscient, és el que genera el sentit de tot el que fem.

carlos perrotti dijo...

Increíble coincidencia con el comentario anterior. Es un gran poema Pinceladas, Ana, pero estos versos me tocaron el corazón.

"Todo Nuestra niñez no sabe de tristezas
todo se ha transformado en utopías.
En mitad del desierto hay un oasis
lleno de lo esencial de nuestra vida..."

Chapeau. Abrazo conmovido.

Albada Dos dijo...

Me ha encantado el ritmo de esos versos ensartados, con rimas de sabor a fantasía, en la imagen del árbol de la infancia.

Precioso. Un abrazo

María Socorro Luis dijo...


Entrañables destellos de esa época de asombros y cometas, de amapolas y sueños de colores.

Abracísimo, Ana.

batalla de papel dijo...

Un gran poema Ana, te traslada a esa lejanía en la que quedo la infancia y lo esencial de la vida. Una hermosa reflexion.
Abrazos,

María

Ana Muela Sopeña dijo...

Moltes gràcies, Helena, pel teu bell comentari. És una alegria saber de tu una altra vegada. Passaré pel teu blog.

Una abraçada
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra un montón, Carlos, que el poema te haya conmovido.

Es siempre un placer tu visita
Besos
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias por venir, Albada:

Agradezco un montón tus visitas.

Un fuerte abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Hola, Soco:

Qué bueno que el poema te haya gustado.

Un fuerte abrazo
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Siempre un placer tu visita a mi espacio, María:

Pasaré por tu blog para ver tus novedades.

Besos a montones
Ana

Meulen dijo...

Cuando llegamos a esa edad se supone que nos llega realmente la sabiduría.
Lo que realmente importa.
Tengas bello día.

Ana Muela Sopeña dijo...

Me alegra verte por aquí, Meulen...

Gracias
Abrazos