*
Un hombre camina absorto
sobre aceras desnudas de belleza
en la noche que sabe
de soledad cargada de silencios.
En la luz de una herida
se mueve la ciudad ensimismada.
Una mujer le observa
desde una plaza fría
con la bruma perfecta, entre la lluvia.
Deambulan sin rozarse
bajo la luna cruel,
en los meses del año sumergidos
en pensamientos llenos de quimeras.
Farolas entre sombras
alumbran por las calles
los instantes amados
de un sortilegio envuelto en mil conjuros.
Un hechizo de árboles sin pánico
derrama sobre plumas de gorriones
relámpagos de niebla sin pulir.
El hombre sueña siempre con un barco
que le lleve hacia puertos
de colores transidos por espacios
de utopías dispersas.
La mujer imagina ser de sol
y sorprenderle a él con unas llaves
que abran la gris jaula para siempre.
Ana Muela Sopeña
jueves, 7 de noviembre de 2019
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2 comentarios:
"El hombre sueña siempre con un barco
que le lleve hacia puertos
de colores transidos por espacios
de utopías dispersas..."
A esta altura del poema se me erizó la piel. Envidiable poema que ya quisiera uno haber escrito.
Te felicito, Ana. Abrazo hasta allá ida y vuelta.
Infinitas gracias por tu aprecio poético, Carlos:
Un fuerte abrazo transoceánico...
Ana
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