sábado, 23 de noviembre de 2019

SOLO QUEDA LA HUIDA

*
Nuestro paso desnudo por las calles sentencia los adioses en suburbios con una rosa oscura. He visto tus mensajes, fríos como icebergs. Ahora solo nos queda mirarnos en la distancia de la noche. El sueño sumergido en la belleza se ha convertido en un terrible muro. No alcanzo a comprenderte, aunque lo intente. Se me escapa lo íntimo, el núcleo esencial de tu conciencia. Tus miedos ancestrales están matando en mí las utopías. Mi gorrión yace solo en un alféizar. Pero tú no lo miras. Habitas en tu jaula construida con lianas de costumbres. Todo va derrumbándose en mi ensueño. Solo queda la huida para que lo que fue no se corrompa. Para que nuestra magia compartida se transforme en un salto hacia lo cuántico.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

carlos perrotti dijo...

A veces hay que dejar o desistir para que eso no se pierda...

Abrazos y más abrazos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Más abrazos agradecidos, Carlos...