lunes, 30 de diciembre de 2019

ÁNFORA DE NIEBLA

Aquella habitación
cobijaba nuestros sueños más ocultos
en los días de lúbricos deseos.
La ventana con vistas prodigiosas,
los caramelos de menta,
las flores en un ánfora de niebla,
el cuadro presidiendo la estancia.

El invierno susurraba
sus veleidades típicas.

Los transeúntes caminaban
sin reparar en nosotros
que en el silencio sombra de la tarde
nos sumergíamos en lluvia
de besos abrazados al reloj.

El lugar albergaba
los placeres contenidos
en sus paredes quietas,
en sus esquinas olvidadas,
en sus muebles selectos.

El tiempo se paraba
como si no existiera
y nosotros traspasábamos
la lejanía de los muros,
inmersos en la onda lujuriosa
de una pasión sin nombre.


Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Albada Dos dijo...

En las esquinas de tiempo, hay instantes como casas de amor y besos, lugares donde siempre es primavera de amores extraviados, así que, cuando se encuentra una, no hay que dejarla pasar.

Un abrazo y por una salida de año excelente. Felzi año nuevo

Laura dijo...

Quien pudiera volver atrás...
aunque lo bueno, quizá esté por llegar.
Besos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Amores extraviados... sí...

Feliz Año 2020, Albada.

Que podamos seguir leyéndonos en este año nuevo que comienza.

Un beso enorme
Ana

Ana Muela Sopeña dijo...

Siempre hay nuevas oportunidades, Laura. Cuando una puerta se cierra se abre una ventana.

Un beso grande
Ana