domingo, 19 de enero de 2020

BOXES


A mi madre

La transfusión de sangre ha terminado
para poder dar alas al gran sueño
y salir del camino del beleño
en medio de este lodo abandonado.

Resuenan las verdades en el hado,
las brasas con cenizas de este leño,
la transparencia interna del empeño
que todo lo dibuja anticipado.

Mi madre solo habla de la guerra,
de los años del frío, del pan duro,
colas en la ciudad, racionamiento.

Ahora ella disfruta de la tierra,
intenta siempre huir del cono oscuro
y escapar del crepúsculo del viento.


Ana Muela Sopeña

2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Qué marcadas quedaron, las madres, con los vales de racionamiento, con la oscura negrura de un porvenir escamoteado. O estafado.

Por ellas, que ahora descansan, la mía también. Por su valentía. Precisos soneto. Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Bueno... mi madre vive todavía.

Simplemente hace unos días le han hecho una transfusión por anemia fuerte.

Pero ya está bien. Si todo sigue normal
cumplirá 94 años dentro de un mes.

Gracias por tus palabras
Abrazos