sábado, 11 de enero de 2020

EL FARO


Entre las nubes rosas
un cielo anaranjado con detalles azules,
más un fondo violeta contra el mar.

El faro se dibuja sobre el agua
con su contorno tenue.
Ofrece al navegante
ese lugar seguro
al que guiar su embarcación.

Desde siempre los faros
han ejercido en mí
un poder fascinante.
Me producen un vértigo impregnado
de majestuosa reverencia.

La playa poco a poco difumina
su luz en el crepúsculo
que diluye en su halo de misterio
la danza del amor y de la muerte.

La arena va tomando posiciones
en la nostalgia apátrida
de una emoción abierta a la memoria
en el sueño desnudo de la sombra.


Ana Muela Sopeña

6 comentarios:

Albada Dos dijo...

Añoranza de un faro del pasado, que, con su silueta te aferrase a la certeza de estar.

Son siempre mágicos, a mí me encanta verles, tan sobrios abrigando a los marineros. Un abrazo y feliz noche con el faro encendido de la inspìración.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Albada:

Los faros me encantan. Tanto su forma como si simbolismo.

Muy hermoso tu comentario...

Abrazos de enero

Amapola Azzul dijo...

Las personas también necesitamos algún faro en nuestras vidas, que nos ilumine y guíe en las noches.

Besos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, Amapola, tienes razón:

Un beso enorme
Gracias por venir

carlos perrotti dijo...

"Desde siempre los faros
han ejercido en mí
un poder fascinante.
Me producen un vértigo impregnado
de majestuosa reverencia.,,"

Me identifico mucho con estos versos, Ana. Tanto los faros, como las estupas, menhires y obeliscos...

Abrazo agradecido.

Ana Muela Sopeña dijo...

Qué bueno, Carlos, que te gusten también los datos.

Los menhires, obelisco y estupas me agradan, pero no me fascinan tanto como los faros.

Un fuerte abrazo