viernes, 24 de enero de 2020

NARCÓTICOS


Oleadas de personas en sus grutas
van despertando poco a poco
por el dolor del frío y la pobreza.

Cada día descubren una herida
anclada en los bolsillos
y en las cuentas,
en las bolsas de plástico, en los mares.
La muerte de inocentes, violaciones.

En el cambio climático hay un núcleo
de espacios amparados en el lodo.

La belleza de un mundo sumergido
se parece en las grietas del amor
o en las fisuras suaves de los sueños.

Absorbemos narcóticos:
las noticias, el móvil, el PC,
los medios, los prejuicios, los desfiles,
el último modelo de automóvil...

Intentan malearnos de mil modos
para que no gritemos,
ni expresemos desacuerdos,
ni hablemos de injusticias ni de sangre.
O si al final lo hacemos
que seamos simplemente
parte de un colectivo vulnerable:
números inocuos
de la disidencia controlada.

Dejemos de ser zombis
para transformarnos
en humanos aprendiendo
la difícil tarea de ser libres.


Ana Muela Sopeña


2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Estamos asistiendo una especie de crónica de muerte anunciada. El planeta está cada día más enfadado con el trato.

Un abrazo y feliz tarde

Ana Muela Sopeña dijo...

Debemos cambiar la dirección de nuestras acciones. Si no... esto no durará mucho.

Un fuerte abrazo