lunes, 20 de enero de 2020

NIEVE


Los árboles sonámbulos
se han llenado de nieve.
La ciudad se ha vestido con el frío
de estos copos desnudos.

Escarcha en los pretiles
dominando el invierno.

Los niños con sus botas y bufandas
han hecho sus muñecos
y los han adornado con guantes y con gorros.

Las aceras tan blancas...

Las bolas, los castillos,
los montecitos llenos de ilusión.

El mes de enero tiene escalofríos,
mientras la nieve cómplice se ríe de nosotros.


Ana Muela Sopeña

10 comentarios:

carlos perrotti dijo...

Cálidos tiernos versos te fluyen de paseo por la fría ciudad nevada...

Abrazo, Ana.

Ana Muela Sopeña dijo...

La nieve es algo tan hermoso...

Me encantan los paisajes y calles con nieve.

Un fuerte abrazo, amigo

Albada Dos dijo...

Escenarios invernales cargados de magia y frío. La nieve, haciendo de cada calle un patio de colegio, una mirada de sonrisa.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por brindarme tu hermosa visión de la nieve.

Besos

soco luis fernandez dijo...


Lírico paisaje invernal, siempre tan entrañable, tan dado a los mas íntimos recuerdos...

Besosmiles.

Fackel dijo...

¿Sería bella la nieve en el Paleolítico, Ana? Porque ya sabes que la belleza es la visión que los hombres tengan de los paisajes, las cosas, las personas, los comportamientos, las pasiones...

Laura dijo...

En días como hoy es preferible quedarse en casa... y verlo todo desde una ventana.
Aquí no ha nevado pero está diluviando.
Besos caseros.

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Soco:

Es bella la nieve, pero ciertamente en Bilbao no nieva mucho.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Depende. En un paraje helado del Palelítico la nieve sería algo más suave. Sería bella y benéfica. En un paraje cálido la nieve sería mala, peligrosa y no bella

Yo la percibo como bella porque en Bilbao no nieva mucho.

Si yo viviera en un pueblo de Teruel donde hace muchísimo frío y cae un metro de nieve y se corta el suministro eléctrico estaría harta de las nevadas...

Un beso grande de enero

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Laura, por venir.

Esperemos que donde vives deje de diluviar.

Un beso grande