jueves, 23 de enero de 2020

PIEL DE LAS AUSENCIAS


Dejo que el alba
me llene con su luz
y recuerdo el torbellino de tu sombra.

Acaricio la piel de las ausencias
entremezclando tu saliva con la mía.

Introduzco en mi cuerpo
el cálido refugio de tus labios.

Solo sé que no puedo
reducirte al olvido,
porque bajo las nubes cenicientas
eres imprescindible como el sol.


Ana Muela Sopeña

8 comentarios:

Amapola Azzul dijo...

El olvido en algunos casos es el único camino posible, doloroso y triste.

Besos.

Fackel dijo...

A veces me pregunto dónde estará la frontera entre la presencia y la ausencia. Tu poema evoca, y tú sabrás de tus evocaciones.

Ana Muela Sopeña dijo...

Yo juego con la presencia y con la ausencia. Quien me inspira está. Pero a veces me inspira poemas de presencia y otras de ausencia.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Efectivamente. Yo juego con el pasado, con el presente y con el futuro.

Estar y no estar. Esa es la respuesta.

El misterio

Un fuerte abrazo

carlos perrotti dijo...

"Acaricio la piel de las ausencias..." Poema de hallazgos, Ana. La realidad es paradojal.

Abrazo inmenso, amiga.

Ana Muela Sopeña dijo...

La realidad está siempre llena de contradicciones.

Gracias por venir
Un abrazo, Carlos

Albada Dos dijo...

El final me chirría, si me permites. Tal vez como el sol que alienta, o que alimenta...Pero es un poema de nostalgia a flor de piel.

Un abrazo y feliz tarde

Ana Muela Sopeña dijo...

Claro... Puedes comentar lo que te apetezca. Yo soy así. De extremos.

Ay, sí... nostalgia...

Besos