lunes, 3 de febrero de 2020

LIBRO DE LAS ESTRELLAS FIJAS I


Difda,
desde Cetus ofreces tu luz cuántica
en medio del dolor y de la dicha.
Los relojes celestes te veneran
por tu pureza suave.
En la evanescencia de la noche
brillas desde el otro lado del espejo.

Algenib,
amas
más allá de la sombra del silencio.
Desde Pegasus cantas la canción
de la octava galáctica.
Proteges a los niños
de la oscuridad de las tinieblas.
Asumes que la vida
es un viaje infinito sideral
hacia el centro del núcleo.

Alpheratz,
de Andrómeda eres tú la más bonita.
En medio de tormentas
recuerdas las memorias ancestrales
que pulsan la belleza de los cuásares.
Custodias a los hombres
que deslizan sus ojos
por las estrellas de neutrones.

Baten Kaitós,
eres la creación inquebrantable.
La que busca vocales y las sílabas
de la sanación de la conciencia.
También las consonantes
se pliegan a tus ritos del principio del verbo.
Desde Cetus proteges
a los caminantes de los cielos
que persiguen el vórtice
de la gran explosión del universo.

Al Pherg,
también llamada Kullat Nunu,
presides desde Piscis
la evolución del Homo Sapiens.
A veces te parece que no aprende
por su tendencia a dormirse entre algodones,
pero luego descubres que despierta
y enciende su visión de medianoche.

Mirach,
danzas en lo oculto.
Más allá del enigma de los dioses
abrazas las lecciones de los sabios.
Observas desde Andrómeda
nuestras mentes confusas.
Nos envias frecuencias
para navegar
en el extravío.


Ana Muela Sopeña



2 comentarios:

Albada Dos dijo...

Un universo de seres que te acompañan en la noche de las quimeras.

Un abrazo y feliz martes.

Ana Muela Sopeña dijo...

Las estrellas siempre nos orientan desde la noche de los tiempos.

Un abrazo