miércoles, 19 de febrero de 2020
PÁJAROS NOCTURNOS
Las calles se diluyen en la sombra,
mientras los pájaros nocturnos
desde su espacio cantan sin descanso.
He buscado en los árboles,
pero no los encuentro.
Siempre se esconden de miradas indiscretas.
Los pájaros de noche
protegen la ciudad de los fantasmas.
Se alzan inexpugnables
como protectores del silencio.
También custodian utopías de los siglos
con su plumaje lleno de elegancia.
En la luz,
las plazas difuminan el misterio
guardado entre sus piedras.
Cuando el alba sonríe suavemente
los pájaros nocturnos
se duermen en los nidos de los sueños...
Ana Muela Sopeña
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10 comentarios:
Es hermoso pensar que están ahí, cada noche, guardando nuestros sueños.
Y me ha sido fácil, imaginarlos sobre las copas de los árboles al leer tu poema. La noche, el silencio, los sueños...
Un hermoso paseo entre tus palabras.
Un beso de noche de sueños
Describes muy bien ese silencio aparente de las copas de los árboles, que luego, en la mañana, con sus defecaciones, nos dicen que estuvieron allí, anidando sueños y caracolas.
Un abrazo y pro un día de sones en los árboles de las avenidas y las plazas.
Oh, claro, era un pájaro nocturno, insomne y literario, metafórico e imposible, me adelanté al poema tan sugerente, disculpas.
Gracias, Carmela:
Me alegra saberte paseante de mis versos
Un abrazo
Los pájaros nocturnos de mi poema no son ficticios. Son reales. En el jardín de la urbanización de mi casa hay cierta especie de pájaros que cantan entre la una y las seis de la madrugada. Yo diría que son mirlos. Pero no estoy segura. Cuando duermo bien no me entero. Pero cuando tengo insomnio los oigo cantar con insistencia.
Un besooo
Hola, Fackel, gracias por venir:
No son pájaros imposibles. Son pájaros que cantan presidiendo la noche. Son seres que custodian nuestros sueños.
Un abrazo
Están siempre, tienes razón, y son quienes en la noche sueltan las sombras y por la mañana con su canto las vuelven a arrear...
Bellísimo, Ana. Abrazo hasta allá.
Gracias, Carlos:
Por la noche hay muchos animales que están en vilo.
Mi gato, por ejemplo. Duerme más de día que de noche.
Un beso
Aquí, donde yo vivo, suelo escucharlos, sobre todo en verano. También los tengo en varios poemas, ponen una nota muy especial en la noche.
Besos nocturnos, Ana. En el cerquita.
Gracias, Soco:
¿a qué es impresionante escucharlos en la noche?
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