viernes, 7 de febrero de 2020

SUSURRO


La luz imperceptible
se parece a tu cuerpo frente al mundo
que acepta los enigmas infinitos
en el reloj del alba.
Las calles con la lluvia
presagian el almizcle de tu piel
y tus cálidos besos en la niebla,
en el vértigo alado de la sombra.
Lo invisible se vuelve
un susurro insaciable en la distancia,
al percibir que todo es efímero...


Ana Muela Sopeña

10 comentarios:

Albada Dos dijo...

Todo paseo por la lluvia del ayer nos deja el sabor de almizcle y melodía de un tiempo vivido con alguien.

Muy bonito este poema, con estupendas imágenes. Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Albada, por tus palabras.

Un beso

soco luis fernandez dijo...


...todo, todo, efímero, Ana; pero a la vez, eterno.

Abrazo, en el cerquita.

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí, esa es la paradoja de la vida. Qué bien lo dices. Efímero y eterno al mismo tiempo.

Un beso

Amapola Azzul dijo...

Efímero, como casi todo lo bello.

Besos.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias por venir a mi espacio, Amapola.

Besos a montones

carlos perrotti dijo...

La paradoja, Ana, de alguna manera la realidad...

Abrazo, Poeta!!

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es la realidad. Todo empieza y termina y nos rebelamos porque queremos que permanezca, pero así es...

Un abrazo, amigo

Laura dijo...

Lo invisible de lo efímero...

Me he quedado dándole vueltas a esto.

Beso grande.

Ana Muela Sopeña dijo...

Es que lo efímero se vuelve invisible y al obsesionarnos con ello lo hacemos visible, pero como ya no está nos frustramos. Entonces solo nos queda dejarlo ir o hacerlo visible de nuevo sabiendo que aunque lo volvamos a tener o vivir su condiciòn sigue siendo de impermanencia.

Difícil pero posible...

Un abrazo