domingo, 8 de marzo de 2020
FRENTE AL MAR
Contemplo en el crepúsculo
el movimiento suave de las olas
que recuerda la calma de los quarks
dentro de la conciencia.
En mitad de la ruta
las nubes hacen gala de belleza,
mientras la espuma abraza la alegría
que duerme desde siempre en nuestros iris.
Una gaviota vuela melancólica
y avisa de tormentas
al tiempo que el salitre
nos sumerge en la onda del milagro.
Los tonos que se trazan
en el horizonte de la sombra
nos llevan de la mano por espacios
de libertad y asombro universal.
La quietud nos inunda por completo
y la luz más arcaica nos permite
equilibrar el aire
con la respiración del gran latido.
Ana Muela Sopeña
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12 comentarios:
Contemplar el mar y su misteriosa inmensidad es una experiencia inigualable e inspiradora.
Un abrazo.
Gracias, Rafael:
Un abrazo
Contemplando el mar es posible ese equilibrio que nos conecta con el gran latido, y hacernos uno.
La descripción de ese estar frente al mar, es maravillosa.
Un beso.
Crepúsculo marino poetizado con la magia de tus versos.
Bellísimo!
Abrazo efusivo
Me dieron ganas de ir hasta él...
y admirarlo.
Besos.
Bella marina, Ana, huele a mar...
Abrazos.
Siempre relaja un atardecer frente al mar. Algo muy necesario hoy en día.
Me gusta que disfrutes de este atardecer, Ceciely
Un beso
Es que los atardeceres son muy sanadores. Tambièn los amaneceres.
Un beso, Laura
Ana
Siempre el mar nos permite relajarnos...
Un beso
Lugar con magia, el mar nos asoma al interior de nuestros deseos, al futuro que imaginamos, a recuerdos que siguen vivos.
Un barazo y por una tarde con mar
Me encantan los atardeceres mirando el mar.
Son muy relajantes...
Gracias
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