La lluvia inunda calles y portales
mientras la gente corre sin un rumbo
hacia ninguna parte.
Me refugio despacio
en una marquesina.
Espero quietamente
subir al autobús de los amantes.
Recorro esa ruta luminosa
que me lleva al lugar del encuentro.
En el viaje rememoro los instantes
de sonrisas compartidas.
Acudo lentamente
al portal silencioso...
De pronto me despierto...
Descubro que las calles y la lluvia,
el autobús, la marquesina
y el portal
son producto de un sueño,
como la vida misma.
Un holograma clandestino,
una ilusión furtiva
que se diluye en el tiempo sin tiempo
del reloj endecasílabo del mundo.
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
Ana...quem não sonha não vive, apenas existe!
É tão ténue a linha que separa o sonho da realidade...
Ah!...quantos halogramas clandestinos construimos na intimidade da noite??
Besos!
Que profundidad tan admirable, el mundo entero esta envuelto en una ilusión de sensaciones y distancias mal trazadas.
Tu bondad se siente brillar.
Que tengas un inicio de semana lindo amiga Ana.
Hay mi Ana querida, me dejas
sin palabras ante tanta belleza
que tu pluma nos obsequia, que tengas
un buen inicio de semana.
Besitos dulces
Siby
En la marquesina del bus, la vida a su alrededor cobra vida, y nos llega. En tu caso, nos traspasa.
Un abrazo
Los sueños nos ayudan a sentir que la vida merece la pena.
Muitos beijos
Gracias por tus palabras, Jorge:
Un beso grande
Siempre es alegre verte en mi espacio. Me alegra que estos versos te hayan gustado, Siby.
Un beso enorme
Me alegra mucho que este poema te llegue.
Un abrazo grande, Albada...
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