domingo, 29 de noviembre de 2020
MELANCOLÍA
En la hojarasca
la tristeza del cielo,
melancolía.
Erráticos los pasos
hacia ninguna parte.
Ana Muela Sopeña
CICATRICES
El dolor amenaza
por las calles sinuosas
de la ciudad oculta, laberíntica...
Una luz transformada se detecta
en mitad de la herida.
Se inicia la andadura por el círculo azul
que actúa como un bucle sin final.
Las cicatrices sueñan con la piel
de un témpano de hielo ya curado.
El instinto se apaga
al contemplar fisuras en el cuerpo
que atrapa la belleza de lo oscuro.
El vientre contenido
en la venganza
se esconde en los misterios soterrados
de la noche invisible.
La música del agua ahora es sombra
persiguiendo un crepúsculo sin alba.
Ana Muela Sopeña
miércoles, 25 de noviembre de 2020
ROMANCE DE FURIA Y LODO
En la infancia de tu sueño
todo se vistió de oscuro,
en mitad de la belleza
el silencio fue de humo.
Por las noches, en el aire,
el misterio estaba oculto
en el pabellón del árbol
más allá de aquel gran muro.
En tu niñez repudiada
todo se llenó de miedo
con la señal del maltrato
en mitad de los desvelos.
Hubo un instinto de luna
que potenció los destellos
más allá de la venganza
que se fugó por el cielo.
Ahora es ya muy tarde...
yo no olvido tus palabras
cargadas de furia y lodo,
quemando como las brasas.
La vida se ha hecho difícil,
ya no observas mis mandalas.
Solo te veo en visiones,
en el momento del alba.
Ana Muela Sopeña
martes, 24 de noviembre de 2020
LICANTROPIA DE LA SANGRE
La luna en su inocencia
observa entre los muros
la licantropía de la sangre.
En la sombra del mundo
hay códigos secretos
de un mineral atávico que hiere.
Un lobo de ciudad
huye asustado siempre de la luz.
En la depredación de los oscuros
la locura se pacta en el silencio.
Por la noche hay susurros inaudibles
en los suburbios lúgubres del alma.
Se escucha en la distancia
un desgarrado aullido
en un portal enfermo por el miedo.
Ana Muela Sopeña
lunes, 23 de noviembre de 2020
SOMBRA DE CENIZAS
La belleza del tiempo es siempre efímera,
como aquel veintiocho de febrero
que nevó por las calles de Bilbao.
Entonces todo fue un paisaje blanco.
Ahora los relojes no acompañan
en esta soledad fría y sin norte.
Parece que la luz ya se ha extinguido
en mitad de las calles tan oscuras.
El otoño deambula por mi sangre
y sabe de esta sombra de cenizas
que amenaza inundar el sol de lodo.
Pero todo termina disolviéndose
en el viento dormido en las montañas
y en mi piel consagrada al viaje cósmico.
Ana Muela Sopeña
sábado, 21 de noviembre de 2020
VEO EL MAR
A través de las nubes veo el mar
reflejado en las formas de algodón
que eliminan en mí la antigua herida,
esa que por las noches se hace bruma.
Me quedo respirando entre la arena
y contemplo la estrella de visiones,
para soñar despacio con bandadas
de gaviotas dispersas por el cielo.
En medio del paisaje me pregunto
qué tiempo es necesario para amar
sin tener la presencia del amado.
La oscuridad del cosmos es el velo
que no nos deja ver el infinito
asomando en el pulso de la vida.
Ana Muela Sopeña
viernes, 20 de noviembre de 2020
PARA SIEMPRE CONMIGO
Dibujo sobre arena
tu nombre sumergido en la distancia.
Las olas van borrando lo que escribo.
Vuelvo a escribir tu nombre,
esta vez en las rocas.
Permanecen las letras
adheridas al tiempo de los astros.
Abandono el lugar del sortilegio
segura de llevarte
para siempre conmigo,
aunque ya nadie nos vea nunca juntos...
Ana Muela Sopeña
SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODER
La madre se inventó que estaba enfermo,
para que el niño no fuera al colegio
así ella perpetraba la venganza
y en su sueño lograba la victoria.
Más tarde esa mujer pensó otra cosa:
intoxicar al niño con bacterias
para que todo fuera bien medible.
El hijo comenzó con muchas náuseas
y le dolía el cuerpo a todas horas.
Esta madre era loca, mala, astuta.
Fingía que adoraba a su pequeño,
pero solo buscaba destruirlo.
El niño no lloraba ya por miedo
tan solo obedecía a su terror,
se sometía dócil a su madre.
A veces las conductas de la gente parecen una cosa mas son otra. Son solo golosina envenenada. Caramelos cubiertos con azúcar, aunque dentro contengan el cianuro.
La madre de estos versos es ficticia, pero hay madres así por todas partes. Oradores, profetas, desgobiernos. Élites mundialistas y demonios. Bajo máscara amable de cuidados nos meten una daga envenenada.
Debemos cultivar la observación. Investigar si todo es lo que es o debajo de un mundo protector habitan lenguas bífidas de monstruos dispuestos a matarnos sin escrúpulos.
Síndromes de Münchausen por poder:
hay que estudiarlos todos
no solo los de entornos familiares.
En la psicología de la herida habita otro constructo interesante: la grieta colectiva de la historia.
Ana Muela Sopeña
miércoles, 18 de noviembre de 2020
SUEÑOS INCUMPLIDOS
En la sombra dormita tu recuerdo
mientras las farolas
alumbran nuestra historia imperturbable.
El árbol de la vida nos invita
a contemplar semáforos en ámbar.
Una luz que se abisma calle abajo
deja ver sin un límite
los escaparates de las tiendas.
La neblina sumerge a los transeúntes
en un mundo irreal
y los bancos sin nadie
esperan las campanadas
de una iglesia perdida en la distancia.
Hace frío en noviembre.
La estación ha quedado despojada
de nuestros encuentros sin horarios.
Una llovizna suave nos inunda
de sueños incumplidos.
La soledad es víctima del sueño
y una bruma sumida en el silencio
siembra los edificios de nostalgia.
Ana Muela Sopeña
TENTÁCULOS DE NIEBLA
Cómo avanzan los barcos, mientras la tristeza fluye sin parar sobre la ría. El paisaje me ampara con sus grises tentáculos de niebla. La hojarasca dibuja en las aceras la ecuación del olvido. Una estatua de piedra de un querubín alado me recuerda que todo es pasajero. El ritmo de los astros no perturba mi silenciosa espera. Las motos a distancia, con sus tubos de escape, rugen sobre el asfalto.
Cómo avanza la vida mientras los años pesan, llenos de antiguas fotos de álbumes virtuales. Mas todo es ilusión, un holograma. Cada día las cosas se renuevan y vuelven a nacer a cada instante. Aunque la fe decaiga, tan solo es necesario escuchar quietamente la melodía de los pájaros que en sus nidos perfectos continúan cantando como si nada malo pudiera suceder.
Ana Muela Sopeña
domingo, 15 de noviembre de 2020
ÁTOMOS DEL ÉTER
La fuerza colosal
de la sabiduría de la luz
encuentra en los círculos del orbe
la belleza inquenbrantable del amor.
Dentro de los secretos de los nombres
habitan las palabras que detonan
la explosión de los átomos del éter.
En nuestro ADN
moran los universos paralelos,
para poder viajar a otros espacios
donde la libertad sea posible.
Cuando todo empezó,
en el Big Bang,
el instinto del reino solidario
todavía era nuestro.
Alguien cambió con trampas
los archivos galácticos
en las enciclopedias vibratorias.
En la biblioteca de la luz
hay un ladrón de libros estelares.
Seamos los artífices
del devenir eterno hacia el mundo sutil...
Allí donde el humano
vive libre de todo lo viscoso,
al margen de las jaulas de las bajas frecuencias.
En las bibliotecas de las sílabas del cuantum
hay un umbral de agua para todos,
para que recordemos nuestra música.
La memoria del aire
nos guía por los bosques del olvido,
pero también por sueños
de paisajes nevados
que transforman lo corrupto
en un diamante antiguo y primigenio.
A través de los códigos del fuego
la alquimia ancestral de los eones
columpia en las esferas siderales
la integridad y coherencia.
Más allá de las células
que conforman el cuerpo primitivo del humano
está el líquido amniótico
de la luminiscencia de los vórtices.
En las grutas del ensueño
los mantras escondidos de la tierra
esperan ser cantados sin demora,
para despertar
a los magos magnéticos del tiempo.
Ana Muela Sopeña
CREPÚSCULO
Entre los árboles
las luces del crepúsculo,
mar en silencio.
Las nubes en la niebla,
memorias de otro tiempo.
El viento oscuro
en la noche se oculta
entre gaviotas.
La música sutil
descubre los enigmas.
Ana Muela Sopeña
-----
CREPÚSCULO
Entre as árvores
as luzes do crepúsculo,
mar em silêncio.
Nuvens no nevoeiro,
memórias de outro tempo.
O vento escuro
na noite oculta-se
entre gaivotas.
A música subtil
descobre os enigmas.
Ana Muela Sopeña
viernes, 13 de noviembre de 2020
PIEZAS ROMÁNTICAS OPUS 75 DE DVOŘÁK
1
La nostalgia deambula por las calles
como en una infinita melodía
que recuerda las noches de llovizna
de los amantes consagrados a la niebla.
Las frustraciones marchan a otra acera
para dar el espacio a sueños dulces
de liturgias amadas por la luna.
El ritual del amor es como un salto.
Te pide que te sueltes
a pesar del peligro más terrible.
La mirada en el rostro del amado
es solo una metáfora del mundo
que lucha contra el miedo a la extinción.
La pasión de los cuerpos en la noche
se parece a la bruma del instinto
que aún grita su nombre entre locuras.
Los edificios saben de la herida
en la tristeza apátrida del beso,
cuando todo parece algo imposible
pero surge y se eleva al paraíso.
La nostalgia se funde con la luz
al tiempo que la tarde es de cenizas.
II
En la pasión desnuda de la piel
comienzan los abismos del deseo.
Un viaje sin temblor hacia el origen
que aunque siempre termina siendo nada
atraviesa los campos del Big Bang.
La alegría electriza cada célula
y todo alrededor se hace de fuego
que ilumina la estrella de frecuencias.
El fulgor de las sombras se hace eterno
y viaja sin un freno hacia el umbral
de los descubrimientos más insólitos.
III
La infancia es el lugar de los recuerdos
donde cualquier visión de infinitud
se convierte en la llama creadora.
Es allí donde vive la materia
del sueño que nos lleva hacia los vórtices
del palacio ideal de la memoria.
IV
Los archivos de todo lo pasado
contienen las respuestas innombrables
encriptadas en nubes de papel,
en la papiroflexia del futuro.
Allí los que se aman pueden ver
que los mitos alientan aventuras
y permiten que todo se resuelva
con la separación o con la muerte.
Ana Muela Sopeña
DESPOJADA
Este naufragio exacto
me deja a la intemperie con mi herida
que es también nuestra herida.
Despojada de todo juego al póquer
con emociones vanas de origami.
Me vuelco en las fisuras de mi alma
mientras nutro una espera sin destino.
Ahora que te has marchado
solo me queda el brillo del espejo
para seguir viviendo entre los árboles
al ritmo del silencio.
Pero quizás el hambre nos reúna,
aunque ya no lo creo.
Este naufragio lleno de crepúsculos
solo puede entonar la melodía
de ese acantilado de los lobos
que a ti tanto te gusta
y de las cuevas llenas de amatistas,
mi lugar preferido para el sueño.
Ana Muela Sopeña
jueves, 12 de noviembre de 2020
RESTRICCIÓN DE MOVILIDAD NOCTURNA Y OTROS EUFEMISMOS
Las palabras avanzan como tanques
para detener el pensamiento,
son indicios de imágenes del humo
que pugnan por salir de sus guaridas.
La mente nos inquieta.
La dopamina acecha entre las calles.
Es el toque de queda una estrategia
para doblegar la curva infame.
Eso es lo que dicen los expertos.
Es que el virus del covid
tiene en su reglamento
las horas de contagios virulentos
y las horas inocuas, por si acaso.
Ahora es todo raro y peligroso.
El mar con sus mareas nos acoge
y nos brinda la espuma del crepúsculo.
La evanescencia de la bruma
nos salva del desastre.
En mitad de la niebla
la noche nos insulta
con la perversión de la mentira.
Ana Muela Sopeña
DE LAS ESTATUAS
La soledad se cierne sobre mí
mientras el mundo avanza sin retorno.
Poco a poco el infierno de las cosas
se hace con mi visión de lo absoluto.
Quisiera regresar al tiempo único
del impulso primero,
pero todo se ha roto con los sueños.
Ahora tus memorias no son mias
sino de las estatuas congeladas.
Observo muy despacio
los ropajes de piedra,
los rostros ateridos por el frío,
la biografía extraña del silencio.
El reloj en su vértigo infinito
ha bordado tu miedo con el éter
y nos ha entretejido con la nada.
Ana Muela Sopeña
lunes, 9 de noviembre de 2020
SUSURROS
Por las calles más sórdidas
de los suburbios escondidos
se escuchan los susurros inaudibles,
cuando todo se torna insoportable,
de aquellos que no pueden ya soñar.
Las voces viscerales de la gente
se visten con ropajes elegantes
para sobrellevar lo cotidiano.
Por aceras desnudas
de abrazos y de risas
se resbalan las manos generosas
que buscan el misterio subrepticio,
como el rumor del agua.
El sonido ancestral es de llovizna
y alberga en su secreto la belleza
del círculo innombrable de lo oculto.
Dentro de cada hombre
habitan las palabras del coraje.
La intención silenciosa de los gestos
es siempre una liturgia no explicada.
En cada mujer vive una tormenta
y un relámpago suave de visiones.
Ana Muela Sopeña
NOVIEMBRE
Este mes se ha vestido de nostalgia
con esa despedida en el silencio
que hiberna en laberintos,
más allá de la sombra y de la rabia.
Lo nuestro duerme ya en el infinito,
con vértigo de azar,
este mes de noviembre condenado
a ser solo una tumba de cenizas.
Todo se ha convertido en imposible.
El impulso de ser entre las rosas
se ha diluido en campos de la muerte.
Ya nada es como antes, todo es luto.
La respuesta a este caos inevitable
es un fractal de hielo en el relámpago...
Ana Muela Sopeña
viernes, 6 de noviembre de 2020
ANTES DE QUE NACIERAS
Contemplas todo
con ojos de niño asustado.
Esperas de la vida una sorpresa,
que lo que ocurre sea
simplemente un mal sueño.
Cada día te dices a ti mismo:
"esto no está pasando
es solo una visión de medianoche".
Pero todo sucede al mismo tiempo
y tu única opción es levantarte
y expresar tu verdad con elegancia.
Porque también hay hombre
en el vientre del niño.
Pero
todo
este
instinto
que pugna por salir al ring actual
es hora de que acuda a su misión,
esa que tú aceptaste
antes de que nacieras en la Tierra
y
tomaras
las
píldoras
de
amnesia.
Ana Muela Sopeña
ESE CAFÉ PENDIENTE
Algo descalabró
la opción amada.
El instinto dormido se murió.
La belleza escondida ya no fue.
Ese café pendiente se esfumó
en mitad de la herida melancólica.
Todo fue diluyendo nuestra historia
en las calles vacías por la lluvia.
Olvidaste mi nombre
entre los árboles,
perdí tus iniciales
en el viento.
La desmemoria fue tu despedida...
Ana Muela Sopeña
martes, 3 de noviembre de 2020
SOMBRA DE LA NADA
La sombra de la nada me persigue
como animal herido.
Una luz transformada
deja ver un jaguar al acecho.
En el bosque del agua
mi piel se viste de origami.
El árbol del sonido me susurra
que la luna y las nubes permanecen
abiertas al enigma de lo arcaico
de una luciérnaga despierta.
Ana Muela Sopeña
MASCARADA
El ritual de las máscaras se fue,
el carnaval no pudo celebrarse,
Venecia se vistió de decepción.
Increíble que todos los disfraces
tuvieran que volver a sus armarios.
Pero llegó otra fiesta tenebrosa
con máscaras sin sueños
ni visiones,
delirios entre el pánico
y mil miedos.
Desde que esta función de purgatorio
se instauró en nuestra Tierra,
el mundo va tornándose un infierno
y cada día es solo un lienzo oscuro
de lo que queda por venir.
Mas todo es ilusión, es solo un juego,
una mátrix de unos y de ceros.
Entornos digitales, propaganda,
la representación de algunas mentes
que hace tiempo abdicaron
del correcto sendero evolutivo.
Ana Muela Sopeña