domingo, 29 de noviembre de 2020

CICATRICES

El dolor amenaza

por las calles sinuosas

de la ciudad oculta, laberíntica...


Una luz transformada se detecta

en mitad de la herida.


Se inicia la andadura por el círculo azul

que actúa como un bucle sin final.


Las cicatrices sueñan con la piel

de un témpano de hielo ya curado.


El instinto se apaga

al contemplar fisuras en el cuerpo

que atrapa la belleza de lo oscuro.


El vientre contenido

en la venganza

se esconde en los misterios soterrados

de la noche invisible.


La música del agua ahora es sombra

persiguiendo un crepúsculo sin alba.



Ana Muela Sopeña

8 comentarios:

A.S. dijo...

Despeço-me do sol
Beijo as sombras
Abro as portas da loucura
Salto o abismo dos segredos
Sufoco meus desejos

Mortal fascínio!

Un beso, Ana!

Jorge M dijo...

Cicatrices que suelen y no se curan en la obscuridad de la noche y del ser.
Tu sentir es inmenso Ana mi admiración, un abrazo

Laura dijo...

Cicatrices que debemos curar, aunque en realidad, hay algunas que son lindas historias que contar.
Besos.

Siby dijo...



Hay cicatrices que nunca cierran
y se quedan en llagas mi amiga.

Besitos dulces

Siby

Ana Muela Sopeña dijo...

Preciosos versos, Albino:

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Jorge, por venir:

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Es todo a la vez, Laura:

Quizás son inevitables.

Un beso

Ana Muela Sopeña dijo...

Bueno... esperemos que no, Siby:

Un beso