La luna en su inocencia
observa entre los muros
la licantropía de la sangre.
En la sombra del mundo
hay códigos secretos
de un mineral atávico que hiere.
Un lobo de ciudad
huye asustado siempre de la luz.
En la depredación de los oscuros
la locura se pacta en el silencio.
Por la noche hay susurros inaudibles
en los suburbios lúgubres del alma.
Se escucha en la distancia
un desgarrado aullido
en un portal enfermo por el miedo.
Ana Muela Sopeña
12 comentarios:
Una crónica urbana que produce algún que otro escalofrío al leerla,pero que rebosa probablemente realidad en estos tiempos oscuros de pandemias y miedos.
Me encantó Manuela.
Que miedo esa manera de imaginarse
lobo, aunque hay muchos lobos en
el mundo, mas aun con esta pandemia
que se camina asustado, tu siempre
especial en tus letras mi Ana querida.
Besitos dulces
Siby
Me parece ver y escuchar cada verso y sensación de este inquietante poema, Ana...
Abrazos y más abrazos.
Gracias, Joaquín:
Los lobos andan sueltos por ahí...
Abrazos
Muchas gracias, Siby:
Los pastores a veces, en vez de defender a sus ovejas las dejan a merced de los lobos.
Un abrazo
Agradezco tu paso por estos versos, Carlos:
Besos... muchos
Ana, Gostei muito do poema! Tem um pensamento claro e bem atual.
Na verdade, os lobos, ainda existem nas cidades, e vestem roupa de marca!
Un abrazo!
Hay mucho lobo disfrazado de cordero... (que diría mi mamá...)
Besitos.
Lobos en un poema misterioso , inquietante y enigmático.
Muy lindo, saludos Ana
Es verdad. Visten ropa de marca y tienen buenos coches.
Un beso enorme
Sí. Esos son los peores...
Besos a montones, Laura.
Gracias por venir, Jorge, amigo...
Besos a montones
Publicar un comentario