Este mes se ha vestido de nostalgia
con esa despedida en el silencio
que hiberna en laberintos,
más allá de la sombra y de la rabia.
Lo nuestro duerme ya en el infinito,
con vértigo de azar,
este mes de noviembre condenado
a ser solo una tumba de cenizas.
Todo se ha convertido en imposible.
El impulso de ser entre las rosas
se ha diluido en campos de la muerte.
Ya nada es como antes, todo es luto.
La respuesta a este caos inevitable
es un fractal de hielo en el relámpago...
Ana Muela Sopeña
13 comentarios:
De momento es un paréntesis, otro más, y nos está dejando con pocas ganas de soñar.
Un abrazo
Pero la vida se las arreglará para de nuevo brotar... Sólo espero que hayamos aprendido la lección.
Abrazo gigante, Ana.
Tengamos siempre ese hilillo de esperanza que nos mantenga alerta a la vida.
Un abrazo, Ana
Sí... tienes razón...
Besos
Claro, aunque nos cuesta aprender.
Un beso
Sí, Carmela...
Un fuerte abrazo
Vaya poema tan luctuoso, sobrecoge.
Así es...
Gracias por venir.
Un fuerte abrazo
Con lo que me gustó siempre noviembre...
Que este año acabe ya de una vez.
Besos.
Conmovedoras, tristes y realistas palabras, donde la nostalgia es presa de las circunstancias, muy lindo poema amiga Ana, un deleite visitar tu espacio, abrazos
Ojalá
Un beso
Siempre un placer verte entre mis letras.
Un abrazo
Entiendo que lo nebuloso de este tiempo a veces oprime
mas de la cuenta
ánimo estimada, todos los días sale el sol
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