viernes, 20 de noviembre de 2020

SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN POR PODER

La madre se inventó que estaba enfermo,

para que el niño no fuera al colegio

así ella perpetraba la venganza

y en su sueño lograba la victoria.


Más tarde esa mujer pensó otra cosa:

intoxicar al niño con bacterias

para que todo fuera bien medible.

El hijo comenzó con muchas náuseas 

y le dolía el cuerpo a todas horas.


Esta madre era loca, mala, astuta.

Fingía que adoraba a su pequeño,

pero solo buscaba destruirlo.


El niño no lloraba ya por miedo

tan solo obedecía a su terror,

se sometía dócil a su madre.


A veces las conductas de la gente parecen una cosa mas son otra. Son solo golosina envenenada. Caramelos cubiertos con azúcar, aunque dentro contengan el cianuro.


La madre de estos versos es ficticia, pero hay madres así por todas partes. Oradores, profetas, desgobiernos. Élites mundialistas y demonios. Bajo máscara amable de cuidados nos meten una daga envenenada.


Debemos cultivar la observación. Investigar si todo es lo que es o debajo de un mundo protector habitan lenguas bífidas de monstruos dispuestos a matarnos sin escrúpulos. 


Síndromes de Münchausen por poder:

hay que estudiarlos todos

no solo los de entornos familiares.


En la psicología de la herida habita otro constructo interesante: la grieta colectiva de la historia. 



Ana Muela Sopeña

4 comentarios:

Jorge M dijo...

El mundo esta herido, el humano esta herido, y los seres humanos nacen con el veneno en la sangre, hay quien lo suprime, hay quien no.
Tus palabras duras y certeras, la verdad es así y la transmites sin titubeos, de forma directa, hay tanta gente dañando, mintiendo, enferman, tienes razón .
Muy geniales e increíbles versos amiga Ana me fascinaron, cuídate mucho

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es. La herida colectiva nos daña.

Un abrazo

Albada Dos dijo...

He conocido un caso, y nos volvió locos, luego uno lo piensa y ve hasta qué punto estaba enferma la madre.

Porque no haya casos. Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Terrible, sí...

Besos... muchos