Cómo avanzan los barcos, mientras la tristeza fluye sin parar sobre la ría. El paisaje me ampara con sus grises tentáculos de niebla. La hojarasca dibuja en las aceras la ecuación del olvido. Una estatua de piedra de un querubín alado me recuerda que todo es pasajero. El ritmo de los astros no perturba mi silenciosa espera. Las motos a distancia, con sus tubos de escape, rugen sobre el asfalto.
Cómo avanza la vida mientras los años pesan, llenos de antiguas fotos de álbumes virtuales. Mas todo es ilusión, un holograma. Cada día las cosas se renuevan y vuelven a nacer a cada instante. Aunque la fe decaiga, tan solo es necesario escuchar quietamente la melodía de los pájaros que en sus nidos perfectos continúan cantando como si nada malo pudiera suceder.
Ana Muela Sopeña
14 comentarios:
Esa prosa deberías frecuentarla más, te está esperando, de su ejercicio depende también la visión transformada de la vida.
Con sabor nostálgico y una belleza oculta se sienten tus palabras, que catapultan los sentidos a otra realidad.
Muy hermoso amiga Ana, cuídate mucho
Que hermosa prosa poética encierran tus palabras, Ana.
Necesitamos prestar más atención al canto de los pájaros, sí.
Un beso, Ana.
Y qué verdad, es que en el otoño se deslizan los sueños, y los recuerdos prendidos con alfileres.
Un abrazo
La ecuación del olvido, que gran verso...Ana.
Me encantó.
Besos.
Gracias por la diferencia, Fackel:
Abrazos
Me alegra mucho verte por aquí, Jorge:
Un beso
Y volar como los pájaros...
Un beso
Los sueños, si.
Besos, Albada
A veces no sabemos resolver la ecuación del olvido. Eso nos hace perder energía con personas que ya se han ido.
Un beso enorme
Me encantan tus crónicas en las que fusionás introspecciones y melancolías... Me inspiran, Ana.
Abrazo hasta allá.
Siempre agradecida por tu visita generosa, Carlos:
Un beso enorme
...los pájaros lo saben, Ana.
Cariños
Claro...
Un beso
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