jueves, 31 de diciembre de 2020
FELIZ 2021
Faltan solo dos lienzos tipo naiF
En estas horas frías de la nochE.
La belleza de un mundo de cristaL
Irradia un rayo suave de manÍ
Zahiriendo el amor dentro de un cáliZ.
Despiertan habitantes por la reD
Ondeando confines de otro espaciO,
Susurrando palabras a los vientoS.
Murmullos en el álbum de MirzaM,
Iridiscencia alada, colibrÍ,
Luminosa la esfera de papeL.
Van sombras entre letras desde KieV
En la estación de trenes, con la nievE.
Iniciativa en cada zahorÍ.
Nadie sabe del viaje en un vagóN,
Tremendas las medidas sin conforT.
Ilusiones perdidas desde tI.
Un mago consagrado en UlurÚ.
Ninguna huella etérea en el vaivéN,
Orando con la luz en el silenciO.
Ana Muela Sopeña
miércoles, 30 de diciembre de 2020
DE ARENA
La soledad danzaba entre la bruma
mientras en el silencio
la noche se vestía de susurros.
Un hombre sumergido
en sus cavilaciones biográficas
deambulaba sin tiempo
por las calles amadas de su infancia.
Se miró en los espejos
y en los escaparates de las tiendas.
Buscó en su reflejo
el motor de su vida en desmemoria.
Quería investigar entre la niebla
las razones dispersas de su frío.
Y no...
no halló respuesta alguna...
La hipotermia seguía.
Poco a poco su cuerpo
respiró
la inalcanzable nieve de las cumbres.
Un mutismo sereno le indicó
que todo eran visiones de otro mundo.
En sus bolsillos todo era de arena.
Un colgante de arena,
una peonza.
Una pluma de arena y un bolígrafo.
Un cuaderno de arena,
una ilusión...
más un reloj de arena de otro tiempo.
Los espejos abrieron
la melodía extensa de los astros,
para poder soñar...
a pesar de los lúgubres paisajes
paralelos a trenes sin raíles...
Ana Muela Sopeña
jueves, 24 de diciembre de 2020
miércoles, 23 de diciembre de 2020
ILUMINACIÓN
Luz en los árboles,
navidad en las calles,
viento con lluvia.
Diciembre nos sumerge
en el invierno frío.
Ana Muela Sopeña
CORAZÓN SANGRANTE
Suena una caracola
en medio de la arena del crepúsculo.
La tarde melancólica es ardiente
como la vida misma.
Un corazón sangrante por la luna
se esfuerza por salir de su naufragio
y la noche le brinda un acertijo.
Ana Muela Sopeña
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CORAÇÃO SANGRANTE
Soa uma caracola
no meio da areia do crepúsculo.
A tarde melancólica é ardente
como a vida mesma.
Um coração sangrante pela lua
se esfuerza por sair do seu naufrágio
e a noite brinda-lhe uma adivinha.
Ana Muela Sopeña
SOMOS COMO GALAXIAS
El pulso del amor es como el cosmos:
se contrae y se expande
en un latido abierto sideral,
infinito en su esencia eonaria.
Somos como galaxias
traviesas en su viaje laberíntico.
A veces estrechamos en la niebla
el abrazo de un cuásar sumergido
en el polvo estelar de las edades.
Otras veces sentimos
cómo nos columpiamos
en las nebulosas sin heridas
que pueblan los universos paralelos
y nos muestran leyendas de otros mundos
para despertar de nuestro sueño.
Adoramos el ritmo de los púlsares
que nos lleva por cúmulos abiertos
al descubrimiento de los códigos
que abren las compuertas estelares
en un hermoso umbral
hacia otras dimensiones.
Besamos los satélites
que cabalgan la sangre
de nuestros ancestros planetarios,
maestros de la magia,
los señores del tiempo y del espacio.
Vivimos en la frecuencia subatómica
que albergan las neuronas
con sus claves discretas,
ancladas en la oculta vibración
del genoma adherido a nuestro nombre.
Alfabetos de cráteres lunares
realizan sus historias
en la memoria suave de las noches.
En nuestra Vía Láctea
todos los crucigramas son de fuego.
En lugares de hielo habita el círculo
que busca en nuestro espíritu el instinto
más allá del apego.
Solo un amor de estrellas
diluido en el halo misterioso
del cinturón fotónico.
Ana Muela Sopeña
domingo, 20 de diciembre de 2020
SOLSTICIO
El invierno susurra las palabras
a través de la sombra de ciudades
en mitad de la herida de las calles
que adoran la canción de la mañana.
La lluvia nos invita a huir del agua
y a guarecernos pronto entre los bares
iluminando sueños con el arte
que despierta la luz de los mandalas.
El viento es como un duende de los bosques
que parece travieso por las tardes
y encuentra los secretos de la luna.
El frío nos acoge por las noches,
nos encierra en recuerdos siderales
que nos deleitan libres de locura.
Ana Muela Sopeña
sábado, 19 de diciembre de 2020
LUZ EN LOS SUBURBIOS
Por las calles se mueve tu destino
en mitad de la luz de los suburbios.
La soledad te ofrece
el humo del reloj
y un ambiente creado por farolas
mientras desciende el día hacia el crepúsculo.
Las alamedas hablan de la herida
y lucen las guirnaldas en los árboles.
Deambulas sin cesar
mirando escaparates
que reflejan la lluvia en la nostalgia.
Ana Muela Sopeña
LUNA EN LA EXTRAÑEZA
"Porque la belleza no es más que el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar". Rilke
Nos asombra la luz de la belleza
sumergida en la sombra del abismo
para sentir el mundo del mutismo
e imaginar lugares con destreza.
Somos siempre una luna en la extrañeza
que busca en el crepúsculo lo mismo.
Pensamientos de gran minimalismo
anclados a un amor sin la cabeza.
A veces no sabemos si soñar,
continuar con imágenes no vistas
y hallar en las visiones otro espacio.
Pero la realidad es que al amar
vamos dejando huellas con las pistas
y un reino delicado en un palacio.
Ana Muela Sopeña
jueves, 17 de diciembre de 2020
CUEVA DEL ABRAZO
Tu mundo vagará sobre la niebla
contra la desnudez del sueño azul.
Perseguirás la cueva del abrazo
al tiempo que la luz será tu aliada.
Abrirás los recuerdos de la luna
y leerás los libros inconclusos.
Dudarás del instinto de la lluvia,
mientras la sombra inicia su trayecto.
En mitad de la vida serás siempre
el cruel descubridor de la belleza
dibujada en los lienzos de tu infancia.
Sonreirás con alma de aprendiz
en las horas pendientes del deseo
y todo lucirá como una nube.
Ana Muela Sopeña
TELÓMEROS
Los mundos se parecen
a los cables etéricos biológicos.
Todo lo que hace tiempo existió
ahora nos permite ser de aire.
Los telómeros crecen poco a poco
y tornan tus raíces
lugares donde el sueño se hace vida.
Los telómeros son tu salvación.
te permiten sentir que todo es maya,
incluso las noticias tremendistas.
Ana Muela Sopeña
miércoles, 16 de diciembre de 2020
TRES MINUTOS
A lo lejos te vi en la estación,
mientras un mundo etéreo se hacía de origami.
Percibí tu entereza entre la bruma.
Tus pensamientos tristes,
taciturnos.
Una luz transformada te miró
mientras yo todavía me doblaba
como un papel mojado
en la papiroflexia de la herida.
Tan solo tres minutos de tu tiempo
fueron lo necesario para ver
que huías sin cesar hacia adelante,
como si todo fuera una película.
Las palabras de sombra fueron dulces,
la voz entremezclada con la sangre,
las lágrimas amables, subrepticias,
ocultas tras la gran vidriera cósmica.
Al decirnos adiós
de nuevo aterricé
sobre la pista llana
que prometía solo
una tregua cargada de silencio.
Aunque también podría
ser un experimento entre la niebla
y una tormenta con llovizna.
Ana Muela Sopeña
HEBDOMADARIO
Duerme mi corazón
atado por la espalda
en el temblor opaco del crepúsculo.
Se humilla mi sosiego entre las nubes
más allá de los códigos sin nombre.
Cada semana escribo sobre sombras
el instinto sublime de la flor.
Duerme mi corazón
sobre la cuerda floja
del funambulismo de la sangre
y una rosa extraviada en la llovizna
persigue en los suburbios una luz...
Ana Muela Sopeña
INSTINTO
Me enamoré de la niebla...
Descendí a los abismos
de los acantilados de los lobos
para encontrar el vórtice del viento,
mientras la lluvia suave,
nocturna y traicionera,
me mostraba el misterio de lo oscuro.
Me enamoré del instinto de la bruma
y me dejé secuestrar por el placer
hasta que un crepúsculo
de mortecinas luces
me despertó del sueño...
Ana Muela Sopeña
martes, 15 de diciembre de 2020
ECLIPSE
Los humanos buscamos una luz
a través de lo oscuro
y eso es lo que el eclipse nos enseña.
La fantasía puede interponerse
en el arduo camino explorador.
Entre el sol y la tierra
se interpone la luna
y de pronto la noche nos invade
en la mitad del día.
A veces en lo oculto,
una realidad alucinante
se palpa con los brazos de metal...
Juegan los hologramas
con nuestros sueños llenos de visiones.
El eclipse nos habla de la búsqueda
de la conciencia espiritual.
Sumergidos en sombras de la nada
podemos apostar por una línea
de coherencia interna.
En el ciclo de Saros
este eclipse solar
nos lleva a la misión en el delirio
que apunta a los principios de otra era.
Luna
que está quemando los egos
que buscan su impostura.
Sombras
que enmarañan con trampas
la economía circular.
Luna
que dificulta gravemente
las relaciones personales.
Muros
que alientan la distancia familiar.
Satélite sutil
que rompe los romances
por el gel.
Selene
que destruye los puestos de trabajo.
Ciclos
que llevan al divorcio inevitable.
Luna
que desbarata el sexo con más sexo.
Muros
que obstaculizan
los viajes a distancia.
Luna
que ensombrece la voz vocacional.
Sombras
que adormecen la luz de la amistad.
Vacío
que rompe por codicia
la solidaridad entre los seres.
El eclipse se conforma
como un gran espejo
para reflejar nuestra ignorancia
y comenzar de nuevo
a ser humanos.
Ana Muela Sopeña
domingo, 13 de diciembre de 2020
LAS PLÉYADES
En las noches de estrellas
las Pléyades nos muestran su esplendor
y su luz colosal de las edades.
Taygeta nos avisa del peligro
con su aura sublime
entregada al amor antiguo y cósmico.
Asterope nos brinda la morada
de los ángeles blancos del silencio.
A través de sus sílabas sagradas
podemos conectarnos con lo cuántico.
Pleione es otro reino de belleza,
abierto a los misterios enigmáticos,
donde todo lo opuesto puede darse
y la materia oscura se sumerge
en la copa divina de la historia.
Merope se entretiene con secretos
que habitan en lo oscuro del espacio.
En su tiempo de eones
se tejen las memorias siderales.
Maia guarda en archivos de frecuencias
los recuerdos atómicos del mundo,
para sobrellevar cualquier herida
con el silencio alado del inicio.
Alcyone es desde siempre
el corazón desnudo
de esta galaxia etérea y espiral.
Sus laberintos ebrios de la sombra
parecen intrincados en sus vórtices.
A veces me pregunto
si esta estrella lejana nos alumbra
en las noches de aullidos olvidados.
Atlas busca la forma de ser única
con su oculta manera de lucirse
en el alma del verbo.
Electra es la más lógica.
Le importa la opinión de los demás
y subyace en la sangre milenaria.
Celaeno sucumbe a los deseos
de los hombres dormidos en el sueño
que buscan el crepúsculo invernal.
Ana Muela Sopeña
jueves, 10 de diciembre de 2020
EL ÁNGEL EXTERMINADOR
Contemplas a tus víctimas
con mirada letal,
envenenada.
Asustas con tus ojos de neón.
Introduces lenguajes de reptil
en tu protocolo de descarte.
Eres un ángel negro,
un exterminador entre las sombras.
Avanzas sigiloso,
llevando las cenizas de tus presas
en tus escamas híbridas.
A veces te revuelcas en las lápidas
de aquellos que te hirieron.
Otras veces deambulas por ciudades
buscando nuevos objetivos.
La belleza es un juego aburrido,
tú necesitas retos, novedades
y oscuridad latente
bajo la piel muy suave de alguien lúdico.
Si pudieras amar
se desintegraría
tu infinita tristeza.
Pero la maldición no te permite
amar y ser amado,
por ello continúas
errante entre la especie,
buscando la luz cándida
de personas sin malas intenciones.
Cuando consigas ser de carne y hueso,
encarnando en el cuerpo de tu infancia,
adorarás sin miedo a alguien afín
y sonreirás entre la niebla.
Ana Muela Sopeña
INCÓGNITA
Contemplas en la nube
un conjuro de sombras que te inquieta
al tiempo que el silencio se entrelaza
con fisuras de mundos escondidos.
En la acera, la vida
es un secreto extraño y enigmático.
Un árbol sin raíces se rebela
y busca la semilla de la historia
en culturas antiguas.
El vacío desdobla su vacío
en palabras de hielo que son símbolo
de la incógnita errante del humano.
Ana Muela Sopeña
PIEL DE UN SORTILEGIO
Duerme mi corazón
mecido por la nieve
en medio de las calles,
a través de las sombras de la muerte.
Me amedrentan las nubes
que columpian la mente.
En mitad de la herida
habitan los conjuros de Selene.
La piel de un sortilegio
se parece a la suerte
que calla los secretos
y se abisma con círculos del éter.
Duerme mi soledad,
se desliza en la ese
de una palabra mágica
que viaja en el invierno con los trenes.
Ana Muela Sopeña
viernes, 4 de diciembre de 2020
LLUEVE
Llueve sobre mi cuerpo teñido de nostalgia. Cuando mi piel se moja me siento más unida a la naturaleza de las cosas. Soy una con el tiempo de la luz que inextinguible se alza sobre mí. Llueve sobre mi corazón roto y sin luna. Disuelve el agua las heridas tan profundas. Cura las cicatrices de otro espacio que habitan en los mundos de visiones. Llueve sobre mi alma que viaja sin descanso a través de las constelaciones siderales y encuentra entre los números perfectos el sentido silente de la esencia. Llueve sobre mi espíritu intangible y las horas alegres me sumergen en el aprendizaje abierto a las galaxias. Llueve mientras mi orbe se diluye en un libro de horas gigantesco, donde los espejos estelares sanan con sus frecuencias mi tristeza. Llueve sobre las calles y la sombra poco a poco se torna menos gris.
Entre las piedras veo un atisbo de vida. El numen de una flor que avanza y tiembla. Mientras... todo se renueva con la lluvia que sumerge en su alba la desdicha y la convierte en cúmulo infinito de memorias de árboles...
Llueve sobre fractales en un caleidoscopio singular que emite los sonidos de la ciudad secreta...
Ana Muela Sopeña
miércoles, 2 de diciembre de 2020
EN LA NOCHE
En la noche te recibo
con los besos invisibles
y las manos de mil sueños
bajo la lluvia y el trueno.
Tu mirada de neblina
en la piel de arena blanca.
En tu corazón de hielo
vive también la locura.
Cuando camino sin norte
en visiones no te olvido,
aunque la nieve de invierno
congela ni alma herida.
Eres paisaje del frío,
te disuelves con la luna
y te proteges del sol
y tu sombra me hace daño.
Eres luz roja en las calles
deambulando entre edificios
con semáforos abiertos,
caminando a paso rápido.
Las imágenes de árboles
me llevan hacia otro tiempo
cuando yo era tu objetivo
y tú mi duende encantado.
Ana Muela Sopeña
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NA NOITE
Na noite eu te recebo
com os beijos invisíveis
e as mãos de mil sonhos
baixo a chuva e o trovão.
O teu olhar do nevoeiro
na pele de areia branca.
No teu coração de gelo
vive também a loucura
Quando caminho sem norte
em visões não te esqueço,
embora a neve de inverno
gela a minha alma ferida.
Tu és paisagem do frio,
te dissolves com a lua
e te proteges do sol
e a tua sombra me faz dano.
Nas ruas és luz vermelha
deambulando entre edifícios
com semáforos abertos
caminhando a passo rápido.
As imagens de umas árvores
levam-me para outro tempo
quando eu era o teu objetivo
e tu o meu duende encantado.
Ana Muela Sopeña