miércoles, 16 de diciembre de 2020

INSTINTO

 Me enamoré de la niebla...


Descendí a los abismos

de los acantilados de los lobos

para encontrar el vórtice del viento,

mientras la lluvia suave, 

nocturna y traicionera, 

me mostraba el misterio de lo oscuro.


Me enamoré del instinto de la bruma

y me dejé secuestrar por el placer

hasta que un crepúsculo

de mortecinas luces

me despertó del sueño...



Ana Muela Sopeña


8 comentarios:

Siby dijo...


Que bien adecuás esa imagen
con tu poema, esas ausencias
cuando nos embargan, ya no
quieren irse.

Besitos dulces

Siby

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Siby:

Un beso enorme

Fackel dijo...

Qué tendrá la niebla que nos secuestra hasta las palabras...O nos esconde dentro de ellas.

Jorge M dijo...

Unas metáforas magistrales con mucho sabor a soledad.
Me encanta leerte amiga Ana, abrazos

Ana Muela Sopeña dijo...

La niebla es siempre misterios, Fackel.

Gracias por venir

Ana Muela Sopeña dijo...

Muchas gracias, Jorge, por tus efusivas palabras.

Besos a montones...

A.S. dijo...

Ana, Belo poema!
Através das palavras vejo o teu sorriso enamorado. A neve, também se acende!

Un beso!

Ana Muela Sopeña dijo...

Un placer encontrarte en mi espacio, Albino:

Muitos beijos