Me enamoré de la niebla...
Descendí a los abismos
de los acantilados de los lobos
para encontrar el vórtice del viento,
mientras la lluvia suave,
nocturna y traicionera,
me mostraba el misterio de lo oscuro.
Me enamoré del instinto de la bruma
y me dejé secuestrar por el placer
hasta que un crepúsculo
de mortecinas luces
me despertó del sueño...
Ana Muela Sopeña
8 comentarios:
Que bien adecuás esa imagen
con tu poema, esas ausencias
cuando nos embargan, ya no
quieren irse.
Besitos dulces
Siby
Gracias, Siby:
Un beso enorme
Qué tendrá la niebla que nos secuestra hasta las palabras...O nos esconde dentro de ellas.
Unas metáforas magistrales con mucho sabor a soledad.
Me encanta leerte amiga Ana, abrazos
La niebla es siempre misterios, Fackel.
Gracias por venir
Muchas gracias, Jorge, por tus efusivas palabras.
Besos a montones...
Ana, Belo poema!
Através das palavras vejo o teu sorriso enamorado. A neve, também se acende!
Un beso!
Un placer encontrarte en mi espacio, Albino:
Muitos beijos
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