Duerme mi corazón
mecido por la nieve
en medio de las calles,
a través de las sombras de la muerte.
Me amedrentan las nubes
que columpian la mente.
En mitad de la herida
habitan los conjuros de Selene.
La piel de un sortilegio
se parece a la suerte
que calla los secretos
y se abisma con círculos del éter.
Duerme mi soledad,
se desliza en la ese
de una palabra mágica
que viaja en el invierno con los trenes.
Ana Muela Sopeña
6 comentarios:
Ana,
Enquanto o teu coração dorme abalado pela neve no meio das ruas onde o sol deixou de colher sorrisos, abriu-se uma ferida na cidade que ninguém sabe quanto irá doer. A solidão cresce insidiosa trazendo consigo um negro presságio. E nesta voragem tão ampla, há uma tristeza negra a escorrer pelas paredes. Nada vem ao meu chamamento. Nada vem ao meu encontro. Tudo é árido e de cores negras. A solidão dorme dentro de algo indefinido...talvez um presságio viajando num trem.
Mas ainda que seja um trem fantasma num inverno de fogo, hão-de florir rosas vermelhas!
Beijos!
Hay no ya me dio miedo y lo que
dice A.S., sera el fantasma.??
Besitossssss.
Siby
Sabe a nostalgia y tristeza este encantador poema amiga Ana, tu ser se logra palpar, mucho cariño amiga
Bello lo que dices, Albino:
Agradezco tu paso por estos versos.
Muitos beijos
Sí, jajaja... podría ser el fantasma.
Un beso
Siempre agradezco profundamente tu paso por mis poemas, Jorge:
Un fuerte abrazo
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