lunes, 22 de marzo de 2021

LOS CIEGOS


Tocaban las pantallas 

y percibían solo humo y ruidos.


Atravesaban parques de cemento

con el aire encendido entre las cejas.


Eran miles de millones...


Nadie veía nada en las ciudades,

todo el mundo intentaba adivinar

sobre los asuntos más extraños.


La enfermedad más extendida

era la ceguera.


Todos esperaban el remedio milagroso

que les permitiera ver...

Lo buscaban fuera de sí mismos: 

en mercados, hospitales,

iglesias, hemiciclos, 

teatros, librerías, 

congresos, institutos...


Pero el remedio estaba en ellos mismos...



Ana Muela Sopeña

10 comentarios:

Albada Dos dijo...

La ceguera se va extendiendo, y cómo

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Tienes razón.

Un beso enorme

Jorge M dijo...

Que genial poema, una reflexión impresionante, llena de verdad, la gente anda ciega en un mundo de sordomudos , la indiferencia mata.
Un abrazo Ana, mucho cariño amiga

Ana Muela Sopeña dijo...

Tú lo has dicho. La indiferencia mata.

Un beso

A.S. dijo...

ANA!
O teu poema toca profundamente a consciência!
Como tu dizes, a indiferença mata!
Vivemos numa sociedade cada vez mais discriminatória!

Feliz noche! Besoss!

Ana Muela Sopeña dijo...

Así es, Albino:

La ceguera es cada vez más habitual. Porque lo peor no es no ver con los ojos físicos, sino no ver con los ojos de la conciencia.

Un beso enorme

Joaquín Galán dijo...

Sí,la enfermedad avanza a pasos agigantados.me trajo a la memoria a Saramago y su "Ensayo sobre la ceguera",que supongo has leído. Espero que no terminemos como en el libro, luchando por la supervivencia.

Un abrazo

Ana Muela Sopeña dijo...

Sí. El libro de Saramago es muy simbólico.

Gracias por brindarme tus palabras.

Un beso enorme

Helena Bonals dijo...

He llegit quatre poemes teus seguits, la ceguesa no és allò teu. Ni la sordera.

Ana Muela Sopeña dijo...

Gracias, Helena:

Besos a montones...